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Entre la reconciliación y el reencuentro de españoles y judíos

El presidente de Israel pedirá a González ser invitado a Madrid en 1992

¿Debe España reconciliarse con un pueblo judío al que expulsó hace casi 500 años, o tal aniversario tiene tan sólo que dar lugar a un acto simbólico que selle el reencuentro entre dos culturas que estuvieron estrechamente ligadas? Aunque parezca nimia la pregunta, estará latente durante las conversaciones que el presidente Felipe González, que llega hoy a Israel, mantendrá con el jefe del Estado judío, Jaim Herzog, y con representantes de la comunidad sefardí, los judíos de origen español.

Para 1992, el Gobierno israelí hizo valer dos reivindicaciones hizo ante España. Primero debía quedar abrogada formalmente la real cédula que Isabel la Católica firmó el 31 de marzo de 1492 para expulsar a los judíos. El rey Juan Carlos tenía, en segundo lugar, que visitar Israel, preferentemente a finales de marzo, para, en substancia, disculparse ante su pueblo.Aunque minoritarios, algunos círculos israelíes creen que España aún no ha expiado sus culpas. Elialiou Marciano, un rabino experto en el judaísmo español, afirmaba, por ejemplo, el 27 de octubre, ante las cámaras de la televisión israelí, que, "desde la expulsión de los judíos de España, una maldición recae sobre ese país, y hubiese sido preferible que la conferencia de paz se celebrase en otro lugar". "El traumatismo de la Inquisición y de la expulsión permanece vivo en la memoria colectiva judía".

Con el propósito de superarlo, el ministro israelí de Asuntos Exteriores, David Levy, entregó en junio en Granada al Rey una misiva de Herzog invitándole a conocer Israel. Sefarad 92, la conmemoración, el año próximo, de la herencia común hispano-judía, es una buena oportunidad para "reconciliar" a ambos pueblos, subrayó entonces Levy.

"Nosotros no tenemos que reconciliamos con nadie", era, en privado, la reacción casi unánime de los responsables del Ministerio de Exteriores español a las palabras de Levy. El edicto de expulsión, se insistía, estaba derogado de hecho por las Cortes de Cádiz de 1812, al tiempo que, se recordaba, la agenda de don Juan Carlos para el año próximo estaba muy cargada como para, encima, añadir un viaje a Israel.

Los israelíes parecen haber rebajado ahora sus pretensiones. Barajan la idea -que Herzog expondrá probablemente a González el martes en el almuerzo que le ofrecerá- de que el presidente de Israel efectúe en primavera su primer viaje oficial a España -en 1989 hizo una escala técnica en Madrid- y que, junto con el Rey, acuda a la sinagoga madrileña en tan marcada fecha. La reina Sofía ya estuvo hace 15 años en ese templo de la madrileña calle Amaniel.

Aunque el Monarca también visitó una sinagoga en Los Ángeles (Estados Unidos) en 1985, esta propuesta, que ya ha sido sugerida informalmente a las autoridades españolas, parece poder obtener una buena acogída "siempre y cuando los israelíes no pretendan que don Juan Carlos entone en el templo un mea culpa", precisa un diplomático español asociado a la preparación del viaje.

Príncipe de Asturias

El discurso real tendrá que estar en la línea del que pronunció el príncipe Felipe en Oviedo, el 18 de octubre de 1990, con motivo de la concesión del Premio de la Concordia Príncipe de Asturias al pueblo sefardí, un galardón que recogió Salomón Gaón."Desde el espíritu de la concordia de la España de hoy y como heredero de quienes hace 500 años firmaron el decreto de expulsión", afirmó entonces don Felipe dirigiéndose a los judíos, "ahora yo les recibo con los brazos abiertos y con una gran emoción". "Aún cuando tuvieron que abandonar su tierra en circunstancias dramáticas, supieron ser leales a ella quizá esperando que llegase un día en que España. fuera otra vez un reencuentro para ellos".

Junto con Herzog, González asistirá además mañana a la presentación del programa de actos culturales israelíes que se enmarcan dentro del V Centenario. Con anterioridad se habrá entrevistado con su homólogo, Isaac Shamir, con el que mantiene una cálida relación personal a pesar de sus discrepancias ideológicas con el que fue jefe del grupúsculo armado LEHI, autor de numerosos atentados antibritánicos.

El otro momento álgido de la visita será el martes por la tarde, su reunión en el Consulado de España, en el sector árabe de Jerusalén, con un grupo de representantes de los territorios ocupados de Cisjordania y Gaza.

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