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La llegada de Waite desata las especulaciones sobre, sus Vínculos con el 'Irangate'

Enric González

Terry Waite estaba exultante al asomar por la portezuela del avión. Eran las 12.48, hora local, cuando el último y más importante rehén británico en Líbano pisó tierra inglesa tras casi cinco años de reclusión. En el aeródromo militar de Lyneham (Londres), bajo un vendaval de lluvia y viento, una pequeña multitud prorrumpió en vítores. Acto seguido Waite dio las gracias, reclamó emotivamente la libertad para "todos" los rehenes, refiriéndose implícitamente a los miles de libaneses encarcelados por Israel en la zona ocupada del sur del país, y reiteró que los tres norteamericanos que quedan serán liberados este mismo mes. Tras la alegría de la libertad y el regreso, Waite tendrá que afrontar las acusaciones de quienes le vinculan con el Irangate.

La presunta implicación de Terry Waite con los manejos de Oliver North y la venta secreta de armas a Irán, a cambio de rehenes norteamericanos, no ha sido debatida durante estos pasados años. Waite no podía dar su versión y, sobre todo, su vida hubiera sido puesta en gravísimo peligro. El grupo libanés proiraní Yihad Islámica secuestró en 1987 al mediador de la Iglesia anglicana porque sospechaba que actuaba en connivencia con la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos. Cualquier dato que confirmara esa relación podía haber provocado un desenlace fatal.Con Terry Waite libre, el asunto ha aflorado inmediatamente. Ayer mismo, el diputado conservador Rupert Allason -el mismo que habló en la Cámara de los Comunes sobre Robert Maxwell y el Mosad israelí y autor de novelas y estudios sobre espionaje bajo el seudónimo de Nigel West- afirmó que Waite "conocía desde diciembre de 1984 las operaciones encubiertas organizadas por el teniente coronel de marines Oliver North, y en ocasiones actuó de acuerdo con él". Allason no citó sus fuentes de información, pero las calificó de "muy fiables".

Oliver North niega que sus relaciones con Waite se extendieran al terreno del espionaje. El organizador del Irangate, como se ha dado en llamar al proceso de la venta de armas norteamericanas a Irán a cambio de liberación de rehenes norteamericanos en Líbano y entrega del dinero obtenido a la Contra nicaragüense, declaró a la BBC que Waite "es un hombre de extraordinario valor y profundas convicciones religiosas", al que nunca conté detalles sobre mi actividad profesional". North, la CIA y Estados Unidos se limitaban, según el teniente coronel, a "facilitar apoyo logístico a Waite en sus viajes a Oriente Próximo".

Sin embargo, el mismo North escribió un memorándum en octubre de 1986 en el que explicaba que, tras pactar con Irán un nuevo envío de armas, había enviado a Waite a Líbano para cobrar el importe en rehenes. El mediador se atribuiría públicamente el mérito por la liberación, según ambos habían acordado. Este documento parece indicar que Waite sabía algo de lo que North trajinaba en secreto.

Esperar a que se recupere

El ex arzobispo de Canterbury Robert Runcie ha proclamado la inocencia de Waite durante todos estos años. Runcie, como arzobispo de Canterbury, y jefe ejecutivo de la Iglesia anglicana, era quien teóricamente encargaba a Waite sus arriesgadas misiones en Oriente Próximo. Pero ya antes del secuestro había confiado a otra persona, John Lyttle, fallecido en abril de este año, la misión de sustituir de forma discreta y paulatina al polémico Waite. Ayer, tras abrazar cordialmente en Lyneham a su antiguo empleado, Runcie se limitó a decir que "es mejor esperar a que Waite se recupere y preguntarle a él su versión sobre el Irangate".

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La recuperación de Terry Waite se iniciará en la misma base de Lyneham, igual que en los casos de John McCarthy y Jackie Mann. Waite se reencontró ayer en privado con su esposa y sus hijos en el club de oficiales del aeródromo, y se alojará en una de las modestas habitaciones de la base durante los próximos 10 o 15 días. Mientras, será tratado por un equipo de psicólogos y se le efectuará un reconocimiento médico en profundidad.

El primer ministro John Major, que llamó por teléfono al avión de Waite antes del aterrizaje; el ministro de Exteriores, Douglas Hurd, que le recibió en Lyneham, y el embajador de Irán ante la ONU, Kamal Jarasi, coincidieron en a firmar que la liberación es fruto de largos esfuerzos, y no de un pacto secreto entre Londres y Teherán. Pero fuentes del Foreign Office comentaron que la pública exculpación de Irán respecto al atentado contra el avión de Lockerbie puede haber contribuido al buen fin de la odisea, y que las relaciones entre el Reino Unido e Irán "mejorarán desde este momento".

[Mientras, Thomas Sutherland, el otro rehén liberado junto a Waite, recibió ayer en la base norteamericana de Wiesbaden (Alemania) la visita de su mujer, Jean, y en Israel, el viceministro de Asuntos Exteriores, Benjamín Netanyahu, dijo que su Gobierno está dipuesto a liberar a todos los presos que reclama Yihad Islámica si se le entrega a un piloto preso y los cuerpos de otros caídos en Líbano].

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