La entrega de Joselito
Joselito, con entrega y jugándose la vida, le pudo a su primer toro. El animal era tardo, andarín, sin fijeza y, además, se quedaba en la suerte. Para colmo, el burel fue aprendiendo durante la lidia y en el último tercio terminó con mucho sentido y peligro. Después de brindar al público, empezó Joselito toreando con valor y decisión, sentado en el estribo, con cuatro ayudados por alto, para rematarlos de pie con un pase por abajo llevándoselo luego a los medios. Ahí continuó en redondo, con mucho conocimiento, ligando su faena e imponiéndose con muletazos largos y templados. El premio a su faena y a su estocada fue una petición de dos orejas, pero sólo le concedieron una. A su segundo, un toro que se revolvía, codicioso y con la cabeza alta, le hizo una lidia de dominio y aguante con pases de exposición. Aunque le tocó el peor lote, pudo mostrar a los aficionados de la plaza más grande del mundo que es un torero de oficio y pundonor.El primer toro, Talismán, fue de largo al caballo y lo derribó. Era un pastueño que se eternizaba en la embestida suave, humillaba con fijeza y rectitud. A este toro de bandera, Capetillo -un torero de contrastes- le realizó su toreo de plasticidad. Lo hizo con temple extraordinario, bajando las manos sin molestar al animal y corriéndolas con sentimiento, acoplado al ritmo de la embestida. Después de brindar al público ejecutó una faena por derechazos y naturales, rematando las series de siete pases con de pecho y molinetes. Esto le hizo acreedor de una oreja y hubo aplausos para el toro en el arrastre. En su segundo, Capetillo fue el reverso de la medalla: sin plan y sin entender al toro, no se puede torear.
Vistahermosa / Capetillo,
Armillita, JoselitoToros de Vistahermosa, de juego desigual; bravos los dos primeros. Guillermo Capetillo: estocada honda delantera caída (oreja); pinchazo hondo, rueda de peones y descabello (silencio). Armillita Chico: media trasera (ovación y salida al tercio); dos pinchazos y estocada honda (vuelta). Joselito: estocada (oreja); -bajonazo, rueda de peones y tres descabellos (silencio). Plaza Monumental de México, 17 de noviembre. Tres cuartos de entrada.
Armillita, en su primero -bravo, poderoso y noble-, realizó una faena artística, que no fue del todo limpia, porque en algunos muletazos el toro le tocaba la muleta. En cambio, a su segundo -difícil y peligroso- lo toreó con valor. Después de meterlo en la muleta, lo templó, aguantándole horrores, dando una cátedra de buen toreo. No estuvo acertado con el estoque y el premio quedó reducido a una merecida vuelta al ruedo.
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