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Sospechosa de belleza

El caso de la mujer detenida por no querer abrir su bolso

JOSÉ YOLDI, Mujer muy independiente y espectacular, de 1,75 metros y larga melena rubia, aficionada a la natación y a los deportes náuticos. Esa noche vestía un atuendo deportivo: pantalones ceñidos oscuros, un suéter negro y una cazadora de piel verde, de Loewe. Ana M., en el final de la treintena, nunca imaginó que le iban a detener por no hacer nada. Eso sí, se opuso a que le registrasen el bolso, salvo que se hiciera en el juzgado de guardia, y le fue aplicada la llamada ley Corcuera antes de que el Parlamento la hubiera aprobado y haya entrado en vigor.

Esta historia sucedió en la zona norte de Madrid, una noche entre semana a principios del mes de octubre. El relato que sigue a continuación es el testimonio de Ana M. tal y como lo vivió."Eran las 3.20, de la madrugada. Yo salía de VIPS, que cierra a las tres y concede un margen de gentileza de un cuarto de hora a los clientes para dejar el establecimiento. Cuando me dirigía por la calle de Sor Ángela de la Cruz a mi domicilio, que se encuentra a unos 200 metros, oí que alguien por detrás me chistaba. No hice caso y seguí caminando".

"Inmediatamente se puso a mi altura una policía municipal que me dijo: '¿Es que no has oído?'. Yo le contesté: 'Perdone, pero cuando me chistan no atiendo. De esa forma sólo se llama a los animales".

"De forma seca me requirió entonces la documentación. Le entregué una fotocopia de mi Documento Nacional de Identidad, que es lo que llevo habitualmente. 'Esto no vale para nada, es una fotocopia', me dijo, 'lo que vale es el original".

Yo le expliqué: 'Mire, vivo aquí al lado, y, si quieren, vamos a por él, pero me han robado varias veces el bolso y por eso llevo solo una fotocopia".

"El otro policía de la dotación se había acercado con el coche patrulla y mientras él comprobaba los datos del carné por la emisora del coche, ella me preguntó mi nombre, que anotó en un bloc de notas. Después de unos tres minutos de espera, el policía regresó, me devolvió la fotocopia y me dijo: 'Enséñeme el bolso".

"Yo repliqué: 'Miren ustedes, yo no me niego a enseñarles el bolso, pero hagámoslo en el juzgado de guardia'. Ellos insistieron en que lo mostrase allí mismo, y yo me mantuve firme en que sólo lo haría en el juzgado de guardia. Quería evitar que colocasen una papelina o algo que justificase la detención".

A comisaría, a la fuerza

"Finalmente me dijeron que si no lo enseñaba me llevarían a comisaría. 'No, no', dije 'yo lo enseño, pero en el juzgado, que está muy cerca'. Cuando me introdujeron en el coche les advertí: 'A comisaría voy a la fuerza, en contra de mi voluntad".

"Me llevaron a la comisaría de Tetuán, en la calle de Viña Virgen. Me dejaron sola en un pasillo interior. Fueron saliendo varios policías nacionales que se paseaban a mi alrededor mirándome. Entre ellos, hablaban. Al principio se preguntaban qué había ocurrido, y después se mofaron de mí. Allí estuve cerca de unas dos horas".

"Al cabo de un rato volvió el policía municipal. Algunos de los nacionales -cuatro o cinco-, me rodeaban y me hacían preguntas".

Retenida

"Estaba muy asustada, pero pregunté: 'En calidad de qué estoy aquí, ¿detenida o retenida?, porque, si estoy detenida, léanme mis derechos, y, si estoy retenida, están haciendo algo ilegal, porque eso no está en las leyes'. El municipal me dijo: 'Estás retenida".

"Formando un círculo y mirándome fijamente, cada uno de los policías se dirigía a mí desde un lado distinto. Unos me hablaban de tú y otros de usted para ponerme nerviosa. A medida que pasaba el tiempo se iban envalentonando. Me insultaron y me vejaron. Tanto es así que dije al municipal: 'No irá usted mucho con mujeres cuando no las reconoce".

"Unos a otros se animaban. Uno de los policías nacionales le decía al municipal: 'A ésta, porque la has traído tú y no es nuestra, que si fuera nuestra le arranco el bolso y lo que haga falta".

"El municipal, finalmente, me arrancó el bolso de un tirón y lo registró minuciosamente. Casi agradecí que me lo quitase y viese que no había nada, porque estaba muy asustada y no sabía qué podía pasar".

"Después me devolvieron el bolso y la fotocopia, y el municipal despectivamente me dijo: 'Ya te puedes ir".

"Al verme en libertad le requerí: '¿Me explica usted ahora el motivo de la retención?' Pero no quiso contestarme. Entonces le pedí el nombre y el número de policía, pero se negó. Yo vi su número en la placa que llevaba, lo memoricé y lo copié después en un papel".

"Al salir de comisaría apunté también el número de la matrícula del coche y el de la placa de la mujer policía, que estaba junto al vehículo. Le dije: 'Señora, en el juzgado de guardia nos veremos".

"Muy pasadas las cinco de la madrugada, me dirigí andando al juzgado de guardia, distante unos 400 metros".

"Un coche de la Policía Nacional me fue siguiendo muy despacio a corta distancia hasta que llegué al juzgado. Allí presenté la denuncia de lo ocurrido y después de las seis y pico me fui por fin a dormir".

El titular del Juzgado de Instrucción número 10 de Madrid ha abierto el proceso 5319/91c por delito de detención ilegal contra los dos policías Paloma S. N. y Manuel Jorge P.

Ambos miembros de la Policía Municipal niegan la versión de Ana M., y afirman que ella no se quiso identificar, pero les acompañó voluntariamente. De los dos agentes, Paloma admite que Ana M. quería ir al juzgado de guardia, situado en las proximidades del lugar donde se produjeron los hechos. Preguntados por el juez por las razones de querer identificar a la mujer, los agentes ofrecieron versiones diferentes.

Mientras la policía femenina sostiene que se encontraba en una zona muy conflictiva, de prostitución, y había hablado con una persona de un coche, el agente masculino afirmó que la había visto pasar por el mismo sitio tres veces y hablar con prostitutas y drogadictas en la calle, por lo que sospechó que podía ser traficante de drogas. Ana M. ha negado que hablase con nadie en la calle, sino que se dirigía a su casa.

Respecto a la razón de registrarle el bolso, tampoco los policías se ponen de acuerdo. Paloma S. N. alegó ante el juez que Ana M. podía llevar un arma, mientras su compañero indicó que registró el bolso por si llevaba droga.

Frente a frente

J. Y., Ana M. participó el pasado día 12 en un careo por separado con cada uno de los dos policías que la detuvieron. Tanto la agente Paloma S. N. como su companero Manuel Jorge P. insistieron en que la retención se produjo en la Castellana a la altura de la plaza de Cuzco (zona frecuentada por prostitutas). Así consta también en el parte de incidencias de la policía del 3 de octubre, donde figura que Ana M. fue presentada en comisaría a efectos de identificación.

Sin embargo, Ana M. replicó en ambos careos diciendo que eso era falso, y que la detención se produjo en la confluencia de las calles de Orense y Sor Angela de la Cruz, exactamente a la salida de VIPS. Ambos careos terminaron sin avenencia, pero, al final del realizado con Paloma S. N., Ana M. dijo a la agente: "Esto nos lo podíamos haber evitado si como yo dije hubiéramos ido al correspondiente juzgado de guardia".

En el careo con Manuel Jorge P., Ana M. dijo: "Repita usted al juez todos los insultos que me dijo en comisaría". El agente replicó: "Está usted mintiendo". Y agregó que Ana M. tiene un amplio historial delictivo.

Ana M. afirmó que no tiene antecedentes penales -extremo ratificado por su abogada-, si bien fue detenida varias veces durante la transición por asistir a manifestaciones a favor de las libertades democráticas.

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