El Parlamento Europeo veta el presupuesto para 1992

El Parlamento Europeo mantiene su oposición al proyecto de presupuestos de la CE para 1992 y niega la ayuda de 400 millones de ecus (52.000 millones de pesetas) a conceder a la URSS hasta que no exista un acuerdo. La reunión interinstitucional celebrada ayer en Bruselas con el Consejo de Ministros de Economía y Finanzas no logró acercar posturas y, según fuentes parlamentarias, "no habrá acuerdo hasta después de la cumbre de Maastricht".Las diferencias que separan a los dos proyectos, en fase de primera lectura, son 1.661,3 millones de ecus (215.969 millones de pesetas), con los que el Parlamento Europeo quiere aumentar las previsiones de gastos de la Comunidad para el próximo año. La Comisión Europea y los Doce se agarran a la disciplina presupuestaria para no sobrepasar un montante total de 8,52 billones de pesetas. La Eurocámara argumenta que existe margen en el techo de recursos pactado en febrero de 1988 para cubrir la reserva suplementaria que plantean.

Los Doce han conseguido preservar los 400 millones de ecus prometidos a la URSS en asistencia técnica a base de limar otras partidas. Lejos de ello, el Parlamento Europeo pretende aumentar en 435,6 millones de ecus (56.628 millones de pesetas) los gastos destinados a programas de investigación. Como elemento de presión para obligar al Consejo de Finanzas a pactar han elegido reducir a cero la partida soviética.

A cambio, el Parlamento ofrece una revisión de las perspectivas consistente en habilitar una reserva de 1.661,3 millones de ecus. Ese suplemento se repartiría en ayudas a la URSS y otros países del Este (860 millones de ecus), compensación de la inflación sobre fondos estructurales y aumento de la ayuda humanitaria (300 millones para cada capítulo, respectivamente) y aumento del dinero destinado a proteger los bosques tropicales y a gastos administrativos (100 millones de ecus más en cada uno de los casos).

El secratario de Estado de Hacienda español, Antoni Zabalza, reconoció el distanciamiento de posturas y la negativa de los Doce a modificar las perspectivas financieras. "Es una cuestión de disciplina presupuestaria", dijo, aunque admitió la necesidad de un compromiso.

Sobre el aumento de los fondos estructurales que reclama el Parlamento Europeo afirmó que "la actualización ya se ha producido para cumplir el compromiso de duplicación de los fondos en 1992 y, desde este punto de vista, estamos satisfechos con la propuesta de la Comisión".