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Intoxicados 120 niños en el comedor de un colegio público de Vallecas

La dirección del colegio público Ciudad de Valencia en el barrio de Santa Eugenia (Vallecas), ha remitido una nota en la que informa que los pasados días 6 y 7, unos 120 escolares, "entre el 15% y el 20%" de los que acuden al comedor del centro, "sufren, al parecer, una intoxicación alimentaria", según aseguraron ayer padres de alumnos. De otro lado, en el colegio Antonio Hernández, de Móstoles, unos 50 párvulos están siendo tratados en el Hospital General de la localidad por una supuesta intoxicación por ingerir un raticida.

La dirección del colegio Ciudad de Valencia ha comunicado la situación al servicio de Epidemiología de la Consejería de Salud de la Comunidad de Madrid, al área de Sanidad del Ayuntamiento de Madrid y a la Dirección Provincial del Ministerio de Educación y Ciencia. La primeras hipótesis apuntan a que la intoxicación alimentaria fue causada por el consumo de batidos de cacao en mal estado.Los pequeños comienzan por sentir fuertes dolores de cabeza y en el cuello, para acabar con un proceso de diarreas frecuentes, según señaló ayer la madre de tres alumnos que acuden a clase en el colegio Ciudad de Valencia.

El comedor del colegio Ciudad de Valencia ha seguido funcionando después de conocerse la intoxicación. La dirección del centro no ha convocado a los padres de los alumnos del centro, aparte de la nota difundida sobre la intoxicación.

"Es una vergüenza; hace apenas un año el comedor estuvo cerrado durante dos semanas por otra intoxicación alimentaria", añadía ayer la madre de los tres alumnos del colegio.

El pasado 21 de febrero, una profesora del centro, María Esteban Muñoz, murió acuchillada ante 28 alumnos de primero de EGB. Su, marido, Mauricio Triguero, de quien estaba separada y que también impartía clases en el mismo centro, fue quien le asestó una docena de puñaladas en el curso de una discusión sobre la custodia de un hijo. Los alumnos que presenciaron el crimen tuvieron que recibir tratamiento de un equipo de psicólogos, que también asesoraron a los padres.

Peligro en la alcantarilla

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Por otro lado, unos 50 niños preescolares, con edades entre cuatro y cinco años, alumnos del colegio público Antonio Hernández, de Móstoles, están en obser vación médica por haber ingerido raticida en el centro al que acuden a clase. Los facultativos del hospital general de la localidad no han ingresado de momento a ninguno de los pequeños por intoxicación causada por estas sustancias, informa Elisa Blanco.

Durante la tarde del viernes se fueron presentando los padres con los niños en el hospital. Alguno de los pequeños que acudió al centro sanitario presentaba un cuadro de vómitos y diarreas. Como medida de precaución, la dirección del colegio ha recomendado que se hagan los análisis oportunos a todos los niños. Se les efectúan entonces las primeras pruebas para determinar si están intoxicados. El servicio del pediatría del hospital realizó un segundo estudio en la tarde de ayer a los niños para determinar las causas exactas de la intoxicación y el número total de pequeños afectados. El centro sanitario difundirá mañana toda la información sobre el alcance del problema.

Según los primeros datos que manejan los médicos, al parecer los niños manipularon en las rejillas de las alcantarillas del colegio, donde se encuentra el raticida depositado en unas bolsas de color rosa. Posteriormente, sin lavarse las manos, acudieron al comedor del centro y pudieron ingerir el veneno.

Tres precedentes

En Móstoles se han producido tres intoxicaciones masivas de niños en centros escolares en lo que va de año. El pasado mes de marzo, 40 personas, entre profesores y alumnos, padecieron un brote de salmonelosis causada por los huevos contaminados utilizados para elaborar la comida en el colegio Antusana.

Posteriormente, 46 alumnos del colegio público Giner de los Ríos se vieron afectados por un brote de fiebres tifoideas al consumir una ensalada campera. Según la investigación sanitaria, una de las manipuladoras de alimentos del centro escolar era portadora de la bacteria. La empleada contaminé alguno de los integrantes del plato que originó la intoxicación masiva. En aquella ocasión el hospital General de Móstoles tuvo que habilitar un servicio especial de información y atención a los niños.

Sobre las 15.30 de ayer fueron citados los alumnos del colegio Antonio Hernández, a los que se les realizó un análisis de sangre y posteriormente una entrevista con los pediatras con el fin de esclarecer el origen de esta intoxicación.

Por su parte, la Federación de Padres de Alumnos de Móstoles ha mostrado su indignación con el Ayuntamiento de la población por permitir que ocurran estos hechos, que, en su opinión, ponen en peligro la seguridad de los alumnos del municipio. Esta asociación cita los casos previos de intoxicación alimentaria y denuncia el hecho de que los responsables del centro educativo coloquen el raticida en las alcantarilla, a la vista de los niños.

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