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Entre Madrid y el toque de queda

La Conferencia de Paz, vista por los palestinos de Cisjordania

El palestino Mahmud Al Haj cerró apresuradamente su tienda de ultramarinos instantes después de las dos ráfagas cortas que precedieron a las campanas de Ramalah que anunciaban las doce y media. Luego vino la noticia por la radio. Fueron disparos al aire. Ningún muerto, ningún herido. Una patrulla del Ejército israelí había sido apedreada a la entrada del pueblo. "Ahí tienes tu conferencia de paz", dijo Al Haj, y no había el más ligero tono de reproche. Se fue a su casa con las manos en los bolsillos y una sonrisa triste.

Miraba al suelo. No quería encontrarse con los ojos de los soldados israelíes que acababan de tomar la calle principal de Ramalah. Toque de queda. ¿Qué hace uno en la tarde de un día espléndido, pero bajo el toque de queda en Cisjordania? Escuchar la radio de Ammán.Faisal al Huseini y la delegación palestina sostenían contactos con altos funcionarios del Gobierno jordano, y el rey Hussein había presidido el primer encuentro. Se trataba de conversaciones de "coordinación" preparatorias de las reuniones bilaterales que EE UU quiere ver en marcha dentro de diez días. A juzgar por las declaraciones, en Ammán reinaba el optimismo. La radio también dio cuenta de que Yasir Arafat acababa de partir de Ammán hacia Damasco para un nuevo encuentro con su ex enemigo el presidente sirio Hafez el Assad. Como en Ammán, había que discutir los próximos pasos en el proceso de Madrid.

Y era un tema complicado. No era difícil imaginarse a Arafat en un nuevo acto de malabarismo político. Si adopta la línea dura de Damasco, fortalece su incipiente alianza con Siria y satisface a un buen sector de los palestinos que viven en el destierro o bajo la ocupación israelí. En cambio, si defiende el proceso de Madrid se alineará con quienes afirman que la Conferencia de Madrid no fue un mero ejercicio de buena voluntad sino el primer paso hacia la paz.

Israel, mientras tanto, no ha variado un ápice. Al contrario: hasta las manifestaciones de pacifistas palestinos -los que hasta hace días se acercaban a los soldados israelíes con ramos de olivo- han sido prohibidas.

Un día clave

En los territorios ocupados se espera a ver lo que sucede hoy. Puede ser un día clave. Según informes de Ammán, Huseini, Hanan Ashraui y el resto de la delegación deben cruzar el puente sobre el río Jordán para regresar a Gaza y Cisjordania. En Jericó se preparaba una manifestación de bienvenida. Los organizadores decían que todos debían acudir con un ramo de olivo para agradecer a los palestinos de Madrid que plantearon con éxito la fórmula "paz a cambio de territorios" ante una audiencia mundial. Pero otros informes decían que la delegación no retornará hasta el domingo.Lo difícil para Arafat y los delegados palestinos es, sin duda, establecer una posición pública capaz de resistir los embates de la impaciencia palestina y la hostilidad de los halcones israelíes para quienes cualquier contacto con la Organización para la Liberación de Palestina, por más discreto, por más convenientemente enmascarado que sea, sigue siendo un sacrilegio.

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En una calle de Jerusalén, un mecánico palestino de 32 años se hacía eco del escepticismo de los palestinos de los territorios ocupados frente a úna situación tan compleja. "Sólo un milagro hará que mis hijos vean un Estado palestino independiente", dijo. "Los israelíes y los norteamericanos han ido a hacerse una foto en Madrid. Los israelíes harán todo lo posible para prolongar al máximo este proceso. Y cuando realmente se llegue a hablar de paz, los territorios estarán repletos de judíos".

Mientras tanto, en Líbano seguían los ataques de los aviones y helicópteros israelíes, que ayer bombardearon por dos veces en el sur del país campos de refugiados palestinos y otras dos poblaciones. Un hombre resultó muerto y 14 heridos.

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