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EL CONFLICTO EN LOS BALCANES

El abismo étnico

Yugoslavia se desgarra por las costuras de nueve pueblos entremezclados I

Isabel Ferrer

Nueve comunidades permanecen atrapadas en el sureste de Europa por el conflicto yugoslavo. Eslovenos, musulmanes, albaneses, macedonios, montenegrinos, húngaros, croatas y serbios, además de los italianos de Istria, se enfrentan en ocasiones unos contra otros en un país donde ninguna de sus seis repúblicas (Bosnia-Herzegovina, Montenegro, Croacia, Macedonia, Eslovenia y Serbia), como tampoco las dos provincias autónomas (Kosovo y Voivodina), son étnicamente puras. Tal situación, lejos de componer una curiosidad para los libros de historia, amenaza con impedir cualquier solución negociada para una guerra civil todavía no declarada pero que, según Croacia, ha costado ya más de 5.000 vidas.

El sitio de Dubrovnik, la perla del Mediterráneo cantada por el poeta británico Lord Byron y cercada por el Ejército federal, es sólo una muestra del abismo interétnico abierto en Yugoslavia. Este puerto croata resulta de vital importancia para unas Fuerzas Armadas controladas por Serbia, que ha perdido, su salida tradicional al mar. Solía hacerlo a través de Montenegro, su aliado y guardián tradicional de la industria naval serbia. Pero a pesar de sus privilegiadas relaciones económicas con Serbia, el Gobierno montenegrino de Momir Bulatovic ha intentado distanciarse de su poderoso vecino: por una parte porque no quiere renunciar a la ayuda de la Comunidad Europea (CE), y por otra porque se opone a una fusión total en el seno de una hipotética Gran Serbia.Serbia es la única república con un 85,4% de población autóctona, según datos del Consejo de Europa. Los serbios están, además, repartidos por todo el país y forman la comunidad más numerosa, con un 36,3% de la población total. En 1990, Yugoslavia tenía 23.556.000 habitantes. Sólo en Bosnia-Herzegovina había un 32,2% de serbios y en Voivodina un 55,8%. En Croacia, su principal enemiga, llegan al 11,5%.

Si bien no todas las minorías étnicas han acudido a La Haya, las que han aceptado la invitación de la Conferencia de Paz de la CE se han entrevistado con sus dos vicepresidentes, el español Nuño Aguirre de Cárcer y el holandés Carl Barkman. Para algunos de sus representantes, las recomendaciones acerca de las distintas etnias incluidas en la propuesta comunitaria para un posible arreglo político yugoslavo resultan inaceptables.

Es el caso, precisamente, de los serbios que viven en Croacia (Krajina y Eslavonia). Ellos no aceptan ninguno de los estatutos especiales de autonomía previstos en el documento. Desean formar parte de Serbia o disponer de un estatuto completo de autonomía que supone en realidad la independencia. "Lo único que se les puede ofrecer es la máxima situación de garantía para una minoría. Y eso, recordando que no habrá cambios de fronteras entre las repúblicas sin un acuerdo de las dos partes", señala Aguirre de Cárcer.

Para él estas minorías serbias en Croacia constituyen el mayor problema a la hora de diseñar la nueva Yugoslavia. "Unos grupos aparecen en el noreste, en Vukovar, Osijek, o en la zona del Danubio. Es un área que marca la continuación de la gran llanura húngara, que llega hasta aquí pasando por Voivodina. Los otros están en el noroeste, en un lugar montañoso y sin valles donde dibujar una línea estable y agruparlos. Para Serbia, este último territorio tiene gran interés porque allí abajo está el mar y los puertos, entre ellos Dubrovnik y Sibenik".

Según explicaron en Holanda, los serbios del noroeste quieren su propio gobierno y una capital en la ciudad de Knin. "El problema es que así falla la conexión con Belgrado porque Bosnia-Herzegovina queda en medio, con un Parlamento que ya ha aprobado la independencia con el apoyo de croatas y musulmanes", dice el diplomático español. "No sería de extrañar que los serbios quieran establecer un cordón que pase por Bosnia para alcanzar el Mediterráneo".

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No se les trata bien

Al sureste de Bosnia, entre Serbia y Montenegro, aparece un enclave musulmán que dificulta también los planes serbios de ex pansión. "El imperio austrohúngaro se encargó ya de evitar que los serbios se hicieran fuertes, a pesar de que su frontera con los otomanos corría a lo largo de Serbia", explica Aguirre de Cárcer. "Como podía formarse un conglomerado entre ella y Montenegro, estableció una zona in termedia formada por los musul manes de Sandzac". Su capital es Novi. Pazar y sus habitantes están repartidos en varias ciudades del suroeste de Serbia y del norte de Montenegro. En esta última república son un 13,4%, lo mismo que en Macedonia. En Bosnia alcanzan un 39,2%. En el conjunto del país los musulma nes suponen un 8,9% del total.

Sandzac también se ha mostrado partidaria de la autonomía política y ha iniciado para ello un complicado referéndum, prohibido por Serbia y apoyado por los musulmanes de Bosnia. "No están contentos porque no se les trata bien en ninguna de las repúblicas donde aparecen sus ciudades. Su presencia no se refleja tampoco en los gobiernos locales, en su mayoría serbios", señala Aguirre de Cárcer. Su situación contrasta con la de la minoría albanesa en Croacia y Eslovenia. En la primera son unos 200.000 entre comerciantes y profesionales relativamente prósperos, según la Unión Albanesa de Croacia. "El mayor problema lo componen los más de 3.000 desertores del Ejército federal yugoslavo, de extracción albanesa".

En Macedonia y Montenegro los albaneses (6,5% en ambas) también son discriminados. Se han cerrado escuelas impidiéndose a miembros electos del Parlamento tomar posesión de su escaño. Los representantes de la Unión Albanesa de Croacia dijeron en La Haya que Kosovo debería ser una república independiente dentro de una unión o confederación. Cualquier estatuto de autonomía es para ellos inaceptable e incluso si se les otorga desean ser reconocidos como una nación".

La Liga Democrática Albanesa de Kosovo, por su parte, señaló que los estatutos de autonomía que reciban los serbios serán el modelo para las demás minorías. Ello sin tratamientos especiales para, la comunidad serbia de Croacia que no fueran disfrutados a su vez por otras. Ninguno de estos representantes albaneses expuso en Holanda su deseo de unirse a Albania o de fórmar un gran Kosovo. La paz y la democracia fueron además los escenarios descritos para lograr sus objetivos.

Cohesión política.

"El mayor problema es que no existe una verdadera cohesión política entre los grupos étnicos que gobiernan en cada república", añade el vice-presidente de la conferencia: "El jefe de la delegación de Bosnia fue por ejemplo rebatido en público por el representante serbio en dicha república. Hallar pues una solución a corto plazo será muy dificil". Serbia ha decidido elevar varias preguntas a la Comisión de Arbitraje de la que es titular el francés Robert Badinter.

Serbia trata de averiguar quiénes pueden ser sujeto del derecho de autodeterminación desde,el punto de vista de las leyes internacionales. También espera conocer el carácter atribuido por ellas a las fronteras internas. Finalmente pregunta si la secesión es un acto legal para la ONU. Badinter recibió las cuestiones a través de lord Carrington, pero no ha podido contestar. A la vista de este silencio, Serbia mandó un segundo cuestionario. La república, sin embargo, no se comprometió a ejecutar la posible resolución de la comisión.

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