La conjura catalana
Vigésimo aniversario de la constitución de la Assemblea de Catalunya
El 7 de noviembre de 1971, ayer hizo 20 años, se constituyó la Assemblea de Catalunya, primera plataforma de la oposición democrática a la dictadura del general Franco que obtendría apoyo popular masivo. El aniversario se cumple en la más absoluta indiferencia de las instituciones públicas catalanas, que ha sido criticada por algunos de los protagonistas del acontecimiento, en particular el historiador Josep Benet. Con la Assemblea, la oposición rompió el aislamiento en que se movía el antifranquismo y Cataluña se situó en la cabecera del movimiento democrático en España.
La constitución de la Assemblea de Catalunya tuvo efecto en la iglesia de Sant Agustí, en el barrio viejo de Barcelona, cerca de La Rambla, y el mero hecho de conseguir burlar a la policía política de la dictadura constituyó su primer gran éxito. Seis meses antes, el 25 de mayo, la policía había abortado una primera Convocatoria.Los casi 300 asistentes al acto eran una heterogénea mezcla. Acudieron al mismo en calidad de representantes, de partidos políticos, de organizaciones sociales, profesionales, vecinales, estudiantiles o simplemente a título individual, en calidad de militantes demócratas. Contaban con complicidades y apoyos en sectores progresistas de la Iglesia, que aportaron locales y facilidades de diverso tipo , y con la capacidad de agitación del movimiento estudiantil y de Comisiones Obreras.
La prensa internacional, especialmente el diario francés Le Monde a través de su corresponsal en Madrid, José Antonio Novais, le prestarían un caja de resonancia de gran eficacia, al identificarla como la primera manifestación organizada dentro de España de una oposición democrática al franquismo que hasta entonces, había sido conocida sobre todo por la gestión de los exiliados.
La iniciativa, culminada con éxito tras largos y trabajosos preparativos clandestinos, consistía en reunir en un organismo unitario al máximo número posible de exponentes sociales del antifranquismo, superando el reducido ámbito de los afiliados a los partidos. La finalidad común era impulsar todo tipo de movilizaciones populares. La idea la formuló el entonces secretario general del PSUC, Antoni Gutiérrez Díaz, en aplicación de la estrategia de unidad del antifranquismo seguida por los comunistas, y fue adoptada por la Comisión Coordinadora de Fuerzas Políticas de Cataluña, organismo que dirigía la lucha contra la dictadura.
En la sesión constituyente de la Assemblea se adoptó un programa de cuatro puntos que iba a ser el ariete de la oposición catalana hasta las elecciones de 1977: amnistía para los presos políticos y retorno de los exiliados; libertad de reunión, asociación y expresión, así como derecho de huelga y manifestación; restablecimiento de las instituciones y los principios configurados en el Estatuto de Autonomía de 1932; coordinación de la acción de todos los pueblos de España en la lucha democrática.
Primer acto masivo
Las movilizaciones impulsadas, por la Assemblea llegaron a su cenit en febrero y marzo de 1976, cuando millares de manifestantes se enfrentaron pacíficamente a la policía y consiguieron colapsar el centro de Barcelona, y en la celebración del Onze de Setembre de 1976 en Sant Boi de Llobregat, cerca de Barcelona, donde unas 50.000 personas protagonizaron el primer acto masivo de la oposición democrática catalana tolerado por el Gobierno.Entre los dirigentes que participaron en sus actos están todos los que luego han protagonizado la política catalana, excepto los del PP y Jordi Pujol, que por su posición social como banquero delegó siempre su presencia en Miquel Roca. El informe sobre la situación política presentado en la sesión constituyente corrió a cargo del hoy presidente del PSC, Joan Reventós.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.