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LA DESAPARICIÓN DE ROBERT MAXWELL

Un judío que redescubrió sus raíces

El último acto público de, Robert Maxwell fue redactar un discurso que debía entregarse a la Asociación Anglo-Israelí, con sede en Londres, el lunes por la noche. El discurso criticaba los proyectos de paz para Oriente Próximo y al presidente Bush por retirar una garantía de crédito de 10 millones de libras (1.850 millones de pesetas), mientras "los judíos de la diáspora y de Israel, estamos deseando endeudamos".Reflejaba también el pasado "manchado de sangre" del pueblo judío durante el holocausto: "Con 16 años pude escapar a una sentencia de muerte y me enrolé en el Ejército checo ( ... ). Los recuerdos del genocidio todavía nos acompañan y definen nuestros sentimientos y temores más íntimos". Y añadía: "Nadie puede entender el mundo actual, a Israel y al pueblo judío, si no es capaz de apreciar lo cerca que estuvo Hitler de eliminarnos.

Maxwell mencionó su condición de judío por primera vez hace sólo cinco años. En 1964, cuando fue elegido diputado laborista, el periódico Jewish Chronicle se refirió a él como parlamentario judío. Maxwell se apresuró a contestar: "Ahora soy miembro de la Iglesia de Inglaterra".

Maxwell abandonó la observancia de su religión cuando viajó a Inglaterra poco antes de la II Guerra Mundial. Sin embargo, a mediados de los ochenta empezó a identificarse con los supervivientes del holocausto. Su madre murió en Auschwitz y él es el único de su familia que escapó de Hitler.

Cuando en 1986 el Jewish Chronicle le pidió que confirmará si se sentía judío, contestó: "No creo en ninguna Iglesia, sólo en Dios". Pero cuando en 1988 ayudó a su esposa, cristiana, a organizar una conferencia internacional sobre el holocausto, dijo: "Desde luego, me considero judío. Nací judío y moriré judío".

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