Consumo de drogas

Después de leer en la prensa de estos días las informaciones que se han publicado sobre el consumo de drogas y sobre las patrullas de vecinos a las que se les atribuyen actuaciones de carácter fascista, y después de leer que penalizar el consumo de drogas en público es una barbaridad, como vecina de Ciutat Vella Casc Antic, de Barcelona, quiero expresar los hechos que constatamos diariamente.Los vecinos del citado barrio somos, con demasiada frecuencia, testimonios impotentes de los actos vandálicos que protagonizan determinadas personas, y las autoridades que deberían poner remedio se desentienden. La lista de estos hechos es muy larga, pero creo que esta muestra ya es suficiente: peleas con navaja motivadas, la mayoría de las veces, por el consumo de papelinas. Esto comporta ruidos nocturnos que no permiten el descanso de los vecinos. Como no saben qué hacer con las jeringuillas se las dejan donde les parece, como en medio de la calle, con el peligro que esto comporta para los niños que juegan en ella. Un buen lugar son los buzones y las entradas de agua potable de las casas, etcétera.

Las víctimas de los atracos que practican los que necesitan dinero para adquirir su dosis de droga son, sobre todo, los abuelos -algunos de los cuales han resultado con heridas traumáticas muy graves-, los turistas desprevenidos que, no hay duda, se llevan un buen recuerdo de su paseo por esta zona...

Todo ello hace ya tiempo, demasiado, que dura, y por ahora no hay nadie que ponga remedio. Cuando se pide la presencia de los cuerpos de seguridad para que intervengan siempre se recibe, la misma respuesta: "No es de nuestra competencia". Y yo me pregunto, ¿de quién es, pues, competencia? En fin, me parece que no es necesario que continúe porque ustedes ya saben suficientemente bien todo lo que ocurre.

Todos queremos vivir tranquilos en nuestros barrios y les pedimos que pongan remedio a todo este revuelo. Presidenta de la Coordinadora d'Usuaris de la Sanitat.

Una vez más, la desesperación de los desheredados pone en evi-dencia todas las hipocresías del sistema y el cinismo de sus representantes. Contrariamente a la opinión de los - editorialistas de este periódico (editorial del día 11 de octubre sobre las patrullas urbanas), soy de los que piensan que el enorme problema de la droga en general, y el de la heroína en particular, es de imposible solución en el actual marco económico e institucional. Por otra parte, y en el presente estado de cosas, no sólo veo comprensible sino también legítima, la creación de grupos de autodefensa ante el escandaloso estado de abandono en el que se encuentran barrios como, por ejemplo, El Raval o San Cosme- Xavier Justes Gimeno. El Masnou, Barcelona.