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Guerra se expone a un "suicidio político" si se enfrenta a González, según dirigentes del PSOE

Destacados dirigentes nacionales y regionales del PSOE aseguraron ayer que Alfonso Guerra se expone a un "suicidio político" si mantiene una actitud de distanciamiento público o de enfrentamiento con Felipe González y el Gobierno. La afirmación de Guerra de que el presidente le echó del Gabinete y le engañó sobre su actual composición ha creado una situación muy grave, que "debe durar poco" en opinión de un alto cargo de La Moncloa y de varias personalidades socialistas.

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Felipe González tiene previsto reunirse mañana en el despacho presidencial con los secretarios regionales de su partido y los presidentes socialistas de comunidades autónomas. Aunque el motivo de la convocatoria, realizada con anterioridad a los comentarios de Guerra, es el propósito de pactar la nueva financiación de las comunidades Autónomas, el diálogo reflejará la preocupación de los dirigentes regionales, según anunciaron ayer varios de ellos, ante la creciente actitud crítica de Guerra. Una actitud de la que tenía constancia el presidente del Gobierno y otros destacados dirigentes socialistas por conversaciones privadas, pero que ahora ha trascendido a la opinión pública con referencias concretas.Referencias que ayer se esforzó en desautorizar José Acosta, presidente de la Federación Socialista Madrileña (FSM) y organizador de la reunión en la que Guerra realizó los comentarios hostiles contra González. Acosta afirmó en un comunicado que está "indignado" por las versiones difundidas por los medios de comunicación. Según él, las afirmaciones atribuidas a Guerra acerca de que González le echó del Gobierno y le engañó sobre la última remodelación del Gabinete "son falsas". "No se habló a lo largo de la reunión de ninguna de estas situaciones y, por lo tanto, reitero la falsedad de lo publicado y aireado", protestó.

Preocupado por las consecuencias desestabilizadoras de la polémica, Carlos Romero, ex ministro de Agricultura, opinó en Zamora que los periodistas "han sacado de contexto" las presuntas discrepancias entre Guerra y González y defendió que la relación entre ambos es muy buena. En cambio, un alto cargo del palacio de La Moncloa lamentó, con independencia de la exactitud de las expresiones atribuidas a Guerra, que el ex vicepresidente haya optado por distanciarse del Gobierno en vez de ejercer con discreción su nuevo papel.

Dolido por las divergencias públicas y el protagonismo en ellas de Alfonso Guerra, el presidente de la Comunidad de Castilla-La Mancha, José Bono, declaró que mantiene un gran afecto por el vicesecretario general, pero desde una posición personal nítida: "Desearía que no fueran ciertas las frases que le atribuyen algunos de sus compañeros de almuerzo o cena".

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"No estoy adscrito a ninguna batalla interna [en el PSOE] y tengo el orgullo militante de apoyar a Felipe González y a su Gobierno. Mi sitio", agregó Bono, "está en Castilla-La Mancha y mi adversario no tiene carné del PSOE, es la derecha". Y concluyó, rehusando más precisiones, con una aseveración no exenta de ironía: "El proyecto socialista no puede entenderse sin Felipe González. Así lo creemos unos cuantos millones de españoles".

Otros destacados dirigentes que hasta hace poco han colaborado con Guerra resaltaron que éste "ha repetido en numerosas ocasiones que antes de enfrentarse con Felipe [González] se marcharía" y que "Alfonso es de lo que ha enseñado que resulta inimaginable este proyecto socialista sin Felipe". Una enseñanza que, resaltan, era muy correcta hace años, pero también ahora.

La afirmación de Guerra de que González le echó del Gobier no es, por lo demás, incierta, según un ex ministro. El presidente invitó en varias ocasiones, en el curso de 1990, y especialmente en el mes de diciembre, a su entonces vicepresidente a que saliera del Gobierno. En una de las ocasiones, Guerra aceptó meditar al respecto y posteriormente le respondió al presidente que prefería seguir en el Gabinete.

Carmen García Bloise, por su parte, salió al paso del reproche de Guerra por haber sido engañado sobre la última remodelación del Gabinete. "El engaño es una palabra demasiado fuerte", terció. "No se puede decir que cuando uno no hace lo que otro piensa, engaña. Simplemente es una postura diferente". García Bloise aseguró no entender "la actitud de Guerra y de algunos sectores del PSOE que han entrado en una dialéctica que establece la discusión de 'o estás conmigo o estás contra mí".

La explicación estriba, según otros dirigentes, en que Guerra pierde influencia en los dirigentes regionales, en la medida en que presidentes de comunidades y responsables de federaciones aumentan sus competencias institucionales y su autonomía para elaborar listas electorales.

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