El riesgo de querer ser esbelta
Una joven pide 500 millones al cirujano plástico que la operó
A sus 21 años, E. C. V. acudió al cirujano plástico porque quería elevar sus pechos, demasiado caídos, y un año después ha perdido tamaño y sensibilidad, así como la capacidad de amamantar. El sufrimiento físico derivado de la operación -defectuosa, según el médico forense- a que se sometió y las secuelas psíquicas que todavía sufre la han llevado a presentar una querella contra el cirujano que la intervino, al que reclama 500 millones de pesetas y para el que pide seis años de cárcel y de inhabilitación por el presunto delito de negligencia profesional.
La joven E. C. V. deseaba combatir la ptosis mamaria -pechos caídos- que padecía y la discreta asimetría de uno de ellos y acudió a un cirujano plástico, el doctor Guidotti Russo, quien le planteó que para elevarlos había que reducir ambos senos, puesto que había que cortar piel. La joven no quería reducir el volumen, por lo que el doctor le propuso ponerle una prótesis, aunque esta medida quedó pendiente: hasta encontrarse en el quirófano. Sin embargo, E. C. V. se enteró de que le habían puesto prótesis en las mamas al día siguiente de la operación.
Manchas oscuras
El 21 de septiembre de 1990 se produjo la intervención, que duró cinco horas. Al día siguiente, aparecieron unas manchas oscuras en la areola-pezón que en los días siguientes empeoraron. El médico prescribe unas bolsas de hielo sobre las mamas, así como masajes durante seis días, y al término de ellos, con fuertes dolores, la joven ingresa en la clínica, en donde el médico aprecia que en la areola izquierda se ha ido formando una costra, mientras en la derecha empezaba también la necrosis. El 27 de septiembre quitó la prótesis y ese mismo día le extirpó, sin anestesia, la areola izquierda entera. Tras un mes de curas, recorta la areola-pezón izquierdo y casi toda la derecha. Los médicos a los que acudió la joven se escandalizaron de la situación, que hubiera requerido una intervención urgente. A partir de ese momento, se inició el proceso de reconstrucción, aunque ya supo que tendría, como secuelas irreversibles, la pérdida de sensibilidad en los pechos y la incapacidad de amamantar hipotét cos futuros hijos.
La querella fue admitida a trámite el 14 de febrero de 1991 por la juez de instrucción número 43 de Madrid María Frieda San José Arango. Seis días después, atendiendo lo solicitado por la abogada Carmen Giménez, la magistrada encabezó la comisión judicial que se presentó en la Clínica Imagen Cirugía Plástica, del médico querellado, Hugo Daniel Guidotti Russo, para proceder a la incautación de la historia clínica de la joven. Al señalar el doctor Guidotti que tal documento estaba en su domicilio, la comisión judicial le acompañó hasta él y lo obtuvo.
Ante la juez, E. C. V. relató las curas largas y dolorosas y la falta de información del doctor, que "no contestaba concretamente a mis preguntas", declaró la joven, y que le indicaba "que no visitase a otros médicos distintos a los recomendados por él". Guidotti explicó que con la técnica utilizada no previó que la paciente "tuviese sufrimiento circulatorio". Declaró también que la infección podía deberse "a muchas causas", entre ellas a "los gérmenes, que están en todos lados".
Necrosis irreversible
Por su parte, el forense y profesor de cirugía plástica Guillermo Calle Cebrecos dictaminó que se había producido "un defecto de planificación y/ o realización en la técnica quirúrgica inicial, con una remodelación mamaria que dejó una tensión excesiva y provocó la isquemia [falta de riego sanguíneo] de los tejidos". El profesor Calle Cebrecos agregó en su dictamen que tal isquemia, a pesar de detectarse pronto, "no fue eficazmente corregida hasta seis días después, cuando la necrosis era irreversible".
Simultáneamente, el forense y profesor de psiquiatría Mariano Royo Villanova dictaminaría que la joven operada por el doctor Guidotti padece un "estado permanente leve de ansiedad flotante" y la evidencia de estar sometida "a un sufrimiento psíquico muy importante".
El 23 de septiembre último el juzgado acordó continuar las actuaciones y la letrada de la querellante ha solicitado ya la apertura del juicio oral, al tiempo que ha acusado al doctor Hugo Daniel Guidotti Russo de un delito de negligencia profesional, castigado en el artículo 565.2 del Código Penal, y ha pedido para él la pena de seis años de cárcel y de inhabilitación profesional.
La abogada de la joven ha solicitado asimismo una indemnización de 500 millones de pesetas, con responsabilidad solidaria de las compañías de seguros Schweiz y Winthertur.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.