Pecho más ancho, barbilla vigorosa y pantorrillas mas abultadas, deseos del hombre norteamericano
ELISABETH ROSENTHAL (NYT)Muchos hombres quieren tener el pecho más ancho, aumentar sus pantorrillas, dar forma a sus nalgas, rejuvenecer su cara, marcar la barbilla e incluso alargar su pene. Son, junto a la gente más joven, de ambos sexos, la nueva y prometedora clientela de los cirujanos plásticos. El culto al cuerpo joven en una sociedad como la estadounidense hace que muchas personas consideren esta cosmética de quirófano como una inversión que les reportará ventajas en un mundo laboral altamente competitivo. En estos momentos, los varones norteamericanos protagonizan ya el 10% de las operaciones estéticas.
El 10% de las personas que recurren a la cirugía estética en EE UU para remodelar sus cuerpos son hombres, y muchos médicos predicen que en un futuro no muy lejano llegarán a ser la mitad. Algunas técnicas, como los implantes pectorales, provocan todavía una sonrisa en mucha gente, pero, en 1990, los médicos de la Sociedad Americana de Cirugía Plástica y Reparadora (SACPR) hicieron más de un centenar de implantes pectorales y de nalgas en hombres, y más de 300 de pantorrillas, y consideran que este tipo de intervenciones va a subir espectacularmente.Los especialistas mejoran la oferta de cosmética con bisturí, pero se están planteando la importancia que puede tener el factor moda en la decisión de someterse a ciertas modificaciones del cuerpo que son permanentes y no saben cómo responderán a lo largo de 50 años implantes introducidos en individuos de 20.En EE UU, la meca de esta cosmética de quirófano, cada vez más popular, es California, donde el culto al cuerpo está perfectamente asumido por la sociedad. Las motivaciones que llevan a la gente al cirujano son muy diversas. Un especialista recuerda que un paciente suyo se hizo incrementar su torso por envidia, porque su esposa se había hecho aumentar el pecho. Pero los médicos explican que el paciente típico que se somete a un implante pectoral, por ejemplo, es un hombre joven y extremadamente atlético que no ha logrado una forma ideal de cuerpo levantando pesas. De hecho, este tipo de operación tiende a dar mejor resultado si el paciente continúa haciendo ejercicio, ya que el material injertado se asienta más profundamente y los propios músculos naturales proporcionan la textura mejor de la piel.
En los hombres y mujeres que se someten a un estiramiento de la piel de la cara a los 40 años, la motivación normalmente es parecer y sentirse algo más joven en una sociedad que considera la juventud un valor. "En un duro mercado de trabajo, la gente considera el lifting de cara como una inversión en una situación de dura competitividad por el empleo", dice Fritz E. Barton, profesor de cirujía plástica de la Universidad de Tejas.
Los implantes de pectorales o de pantorrillas se realizan normalmente mediante incisiones que luego son apenas visibles, escondidas en la axila o en el pliegue posterior de la rodilla, para los implantes de pantorrilla. Aunque algunos pacientes sufren dolores fuertes durante varias semanas, especialmente los de implantes de pantorrilla, una vez que los tejidos cicatrizan afirman que no notan que lo llevan.
Los pacientes suelen discutir con los médicos, antes de la Intervención, la forma y tamaño de una, reconstrucción corporal. Como un ejecutivo de 49 años de una compañía de seguros, que se ha operado las pantorrillas y quería las de mayor tamaño. "Sin embargo" afirma, "me han puesto unos implantes de dos tallas más pequeñas, que parecen naturales y están mucho más equilibrados con mis piernas". Una operación de este tipo cuesta unos 5.000 dólares.
"sí a una persona con hombros pequeños y brazos cortos se le colocan implantes demasiado voluminosos, parecerá ridículo", explica Brian Novack, cirujano plástico de Beverly Hills, quien comenta que la gente ve los anuncios y las fotos de las revistas y no advierte que el implante tiene que ajustarse a los músculos normales de sus torso.
Harold M. Reed, urólogo, hace desde hace años una intervención para alargar el pene unos tres centímetros. El método consiste en cortar un ligamento que en algunos hombres impide que el pene alcance toda su potencial longitud. Reed recibe cuatro o cinco consultas semanales al respecto.
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