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Gobierno de Israel decide asistir a la Conferencia de Madrid

El primer ministro israelí, Isaac Shamir, logró arrancar ayer un sí formal del Gobierno de Israel a la Conferencia de Madrid al imponerse a los representantes de la línea más conservadora de su Gabinete. Con 17 votos a favor y 3 en contra, el Gobierno israelí dio la luz verde para que el ministro de Asuntos Exteriores, David Levy, negocie en la capital española, a partir del próximo día 30, con sus homólogos árabes y una delegación conjunta jordano-palestina. Se ha vencido, así pues, el último obstáculo para el diálogo.

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En medios oficiales israelíes, sin embargo, había anoche poco entusiasmo y crecía el temor a que el primer encuentro entre árabes e israelíes acabe convirtiéndose en un choque frontal.Votaron en contra de la conferencia el ministro de la Vivienda, Ariel Sharon; el de Ciencia, Yuval Neeman, y el ministro sin cartera Rehavam Zeevi. El ministro de Finanzas, Isaac Modai, optó, finalmente, por la abstención. La curiosa atmósfera política en Israel a nueve días de iniciarse el histórico diálogo de paz llevó ayer a un alto funcionario del Gobierno de Shamir a revelar que los esfuerzos de Washington están ahora concentrados en una misión virtualmente imposible: evitar que la apertura de la conferencia de paz se transforme en lo que esa fuente describió como un "feroz duelo de artillería verbal". Había indisimulada resignación en el campo israelí. El funcionario gubernamental, con acceso directo al despacho de Shamir, se encogió de hombros y meneó la cabeza. "Es inevitable" dijo. "Cuando Bush y Gorbachov abran la conferencia y nos sentemos a la mesa de negociaciones, comenzarán los fuegos artificiales. Artillería pesada de la retórica: matanzas, terrorismo, Scuds. Acusaciones y más acusaciones", añadió. Y en los discursos sobrarán tristes referencias geográficas: Deir Yazín, Lod, Sabrá y Chatila y Jerusalén.Pasa a la página 3

Israel tendrá poder simbólico de veto en Madrid

Viene de la primera páginaSombrío es como se perfila el lanzamiento del más ambicioso proyecto diplomático de la administración Bush. Árabes y judíos parecen haber captado la seriedad del acontecimiento. Una alta fuente israelí reveló ayer a este periódico que la invitación de Estados Unidos menciona específicamente las resoluciones de las Naciones Unidas que obligarían a Israel a devolver territorios a los palestinos. La invitación contiene, además, un sutil llamamiento para que los israelíes, una vez sentados en la mesa de negociaciones, no pregunten si los palestinos que tienen enfrente tienen o no vínculos con la Organización para la Liberación de Palestina (OLP).

La votación en la reunión del Gabinete de ayer dió a Shamir sin duda la más indeseada victoria de su carrera política. Los israelíes van a Madrid con el único consuelo de que, al menos, han conseguido un simbólico poder de veto para continuar las negociaciones: según el citado alto funcionario israelí, la "carta de garantías" estipula que, tras la inauguración de la conferencia, los contactos sólo podrán reanudarse si existe acuerdo de todas las partes.

Problemas palestinos

En el campo árabe, los preparativos para la histórica cita eran más visibles: Arafat llegó a Amman tras abrazarse con su otrora enemigo, el presidente sirio Hafez el Asad. En la capital jordana, Arafat dará los últimos toques a la estrategia a la que deberá sujetarse la actuación de la delegación conjunta jordano-palestina. Quizás lo que mas preocupaba ayer a Arafat, sin embargo, eran las inesperadas complicaciones que parecen haber surgido en la formación de la delegación palestina.

Según una fuente palestina cercana a las negociaciones en Damasco y Ammán, Arafat está, de pronto, frente a damandas de facciones de la izquierda palestina incómodas por el absoluto dominio de Al-Fatah en la delegación de 14 representantes. "No hay equilibrio", se quejó un comunista palestino. "Los izquierdistas deben ampliar su representación y ya le han hecho saber a Arafat que no van a aceptar actuar como ovejas", agregó.

En órbitas distintas flotaban entretanto temas que a simple vista no tienen relación con la reunión de Madrid, pero que sin duda influirán en el último tramo hacia el Palacio de Oriente. Por una de esas extrañas coincidencias de intereses, Irán e Irak, viejos enemigos, estaban de pronto en la misma trinchera. En Teherán, donde se celebra una

conferencia de solidaridad con los palestinos, se condena el proyecto de paz como una capitulación a los planes de Bush y Shamir. En Bagdad, la prensa oficial defendió tenazmente el mismo argumento alegando que la conferencia de Madrid no es más que la segunda fase de la gran conspiración norteamericano-judía a primera fue la guerra del Golfo.

Liberación de rehenes

Dos hechos ocurridos en el Líbano en las últimas horas sugirieron también que entre bambalinas se prepara el fin de la crisis de los rehenes y un nuevo instrumento de presión árabe para las negociaciones de Madrid.

Según fuentes de la ONU, los carceleros pro-iraníes de los rehenes occidentales han decidido liberar a una de sus víctimas norteamericanas, a lo más tardar mañana. Israel se prepara también a liberar prisioneros libaneses para facilitar el proceso.

Para recordar al mundo que Israel también ocupa territorio de Líbano y que el desafío del Estado judío a la resolución 425 de la ONU aprobada en 1978 sobre ese país debe, forzosamente, ser incluido en la agenda, guerrilleros musulmanes del Líbano atacaron ayer a un convoy, israelí cerca de Nabatea. Según informes de Beirut, perecieron tres soldados judíos. El alto mando militar israelí señaló que murieron al estallar un mina bajo su vehículo.

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