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Borrell paralizó el proyecto de la M-40 por El Pardo para debatir su rentabilidad

El ministro de Obras Públicas, José Borrell, ha descartado por el momento la construcción del tramo norte de la M-40 a su paso por el monte de El Pardo, porque quiere plantear, como estrategia, un debate social para cuestionar su rentabilidad. La previsión del coste de este tramo, con una longitud de 18,5 kilómetros, superaba ya los 36.000 millones de pesetas, más de tres veces lo que se va a invertir, por ejemplo, en el distribuidor oeste, que hoy adjudica el Consejo de Ministros.

Borrell, al paralizar el trazado norte de la M-40, pretende, en primer lugar, darse un margen de tregua con las organizaciones ecologistas que se habían opuesto férreamente durante años a este proyecto. El ministro entiende que la partida presupuestada para realizar esta obra es lo suficientemente importante, más de 36.000 millones, como para conseguir un amplio consenso social sobre sus beneficios. El ministro descarta, para justificar su decisión, cualquier otro tipo de explicación, y especialmente las relacionadas con el recorte presupuestario en su departamento propugnado por el titular de Hacienda, Carlos Solchaga.

Borrell ha llegado a argumentar que si el proyecto finalmente no se hace habrá que explicar a los ciudadanos, y no sólo a los de Madrid, de quién ha sido la culpa. El ministro de Obras Públicas ha manifestado, en este sentido, que la opinión pública tendrá que conocer los resultados que producen las presiones de las organizaciones ecologistas. El ministro indicó asimismo que no entendía la feroz oposición al proyecto, incluso después de incrementar en alrededor de 8.000 millones la cantidad presupuestada para disminuir el impacto ambiental sobre la zona.

Reacciones encontradas

El conocimiento público de la decisión de Borrell ha provocado reacciones encontradas. Dentro del propio Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT), su secretario general de Infraestructuras, Emilio Pérez Touriño, desmintió tajantemente la veracidad de esta información. Pérez Touriño informó, a través de la oficina de prensa del ministerio, que se había postergado el avance del proyecto hasta que sea adjudicado el próximo año. El concejal, responsable de infraestructuras del Ayuntamiento de Madrid, Enrique Villoria, consideró que la noticia era "tan esperpéntica e insólita que es difícil de creer". El Ayuntamiento mostró su disgusto por la medida "unilateral" que adoptó el ministerio. "Desde antes del verano no se ha reunido la comisión de seguimiento del plan de accesos [donde los responsables de las tres administraciones discuten el estado de las obras], aunque lo hemos solicitado repetidas veces", explicó.

El Ayuntamiento considera que el, procedimiento empleado por el ministro es "sui géneris". "Hacemos lo más difícil, las expropiaciones y los realojos, para ponerles a su disposición los terrenos donde construir las carreteras, y luego, a la hora de decidir, parece que no estamos en el asunto", explicó.

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Villoria mostró cierta tranquilidad sobre el futuro a medio plazo de la M-40. "Es tan claro que es imprescindible cerrar la circunvalación, que si no lo hace este Gobierno, lo hará el siguiente. Han perdido una ocasión histórica, y no han considerado que el público sigue atentamente esta jugada y no se les escapará que Madrid está siendo duramente castigada", dijo Villoría, antes de recordar que en un año puede haber elecciones generales.

El portavoz del Gobierno de la Comunidad de Madrid, Jaime Lissavetzky, aseguró que el Ejecutivo se había enterado de la supresión del cierre norte por la información publicada ayer por EL PAÍS. Lissavetzky reconoció que el MOPT había comunicado al Gobierno regional una revisión del trazado "por razones de protección medioambiental".

El portavoz afirmó que la Comunidad de Madrid pretende que los 36.000 millones presupuestados para el tramo norte de la M-40 se destinen, en cualquier caso, a la construcción de nuevas infraestructuras en la región, como la ampliación de la red del metro o el desarrollo de nuevas carreteras y circunvalaciones.

En esta línea se pronunciaron ayer organizaciones ecologistas como Arba, Aedenat, Comaden, CDM y Pedalibre, que constituyeron hace dos años la Plataforma Ecologista por una Alternativa al Transporte en Madrid.

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