Comienza el juicio por el incendio de la discoteca Flying, que causó 43 muertes

El juicio por el incendio de la discoteca Flying de Zaragoza, en el que murieron 43 personas, el 14 de enero de 1990, se inicia hoy. En el banquillo de los acusados se sentarán Faustino Martínez, dueño de la sala, su encargado y un empleado de la empresa que instaló la calefacción.

El juez instructor del sumario, Javier Seoane, atribuye el siniestro a la incorrecta instalación de la calefacción y fijó una fianza de 800 millones de pesetas para hacer frente a previsibles responsabilidades económicas. El fiscal considera al encargado Francisco Lacruz y al empleado Fernando Merino presuntos autores de un delito de imprudencia temeraria y pide para ellos siete meses de prisión menor y que paguen, conjuntamente con el propietario de la discoteca y la empresa calefactora, una indemnización de 15 millones de pesetas por cada una de las 43 víctimas. Los 25 abogados de la acusación particular han calificado los hechos como constitutivos de un delito de imprudencia temeraria en el caso del propietario de la discoteca, de imprudencia temeraria y omisión del deber de socorro en el caso del encargado e imprudencia temeraria profesional por parte del encargado de la empresa que instaló la calefacción.

Solicitan penas de cuatro, cinco y seis anos de prisión, respectivamente, para los encausados, y consideran responsables civiles subsidiarios a la empresa GER, al Ayuntamiento de Zaragoza, al Gobierno aragonés y a la compañía de seguros Lepanto.

Por otra parte, portavoces de la asociación de afectados han acusado al abogado José Sancho Bergua de no haber exigido al Ayuntamiento el cierre de la discoteca después de que vecinos del inmueble, cuyo caso llevaba, presentaran una denuncia en 1986 por malos olores. El Ayuntamiento dio un mes al propietario de la sala para que subsanase las deficiencias con la advertencia de que si no sería clausurado el local.