Bush considera "ridículo" el escándalo creado en torno al juez Thomas
El presidente de Estados Unidos, George Bush, calificó ayer el cariz que han tomado las audiencias del Comité Judicial del Senado como "ridículas" y declaró que confiaba en que el juez Clarence Thomas alcanzara finalmente su nominación al Tribunal Supremo. Bush confesó que se había pasado el fin de semana "pegado a la televisión, como casi todos los norteamericanos", y cuestionó las acusaciones vertidas contra Thomas, aunque evitó en todo momento opinar sobre Anita Hill, la profesora de Derecho que ha acusado al juez Thomas de acosarla y chantajearla sexualmente en 1982.
La tercera jornada de las audiencias del Senado se centró ayer en las declaraciones de un grupo de testigos que se presentaron ante los 14 miembros del comité para "defender a Hill por libre iniciativa", según indicaron. Una juez y tres abogados explicaron al comité, durante cinco horas, que la profesora Hill les había confesado hace años que sufría los acosos sexuales de su jefe y que éste no aceptaba su negativa a salir con él.Pese a que ninguno de los testigos dijo haber oído jamás los relatos que Hill denunció ante el comité sobre las frases lascivas pronunciadas por Thomas, todos coincidieron en declarar que Hill es una mujer conservadora y que no puede haber ninguna motivación política ni presión de grupo liberal alguno para que la profesora haya dado este paso.
La declaración de estos testigos adquiría cierta importancia porque sus palabras representaban la primera evidencia de que las acusaciones de Anita Hill no respondían a una reciente maquinación para evitar el acceso de Thomas al Tribunal Supremo.
Uno de los testigos, la juez Susan Hoerchner, ex compañera de Hill, declaró que ésta le explicó hace siete años, que su jefe Clarecen Thomas, se negaba a aceptar que ella no quería mantener relaciones sexuales con él y que su acoso sexual le estaba provocando numerosos problemas emocionales. Hill pasó ayer con éxito una prueba con un detector de mentiras a la que fue sometida por una empresa privada, informa Efe.
Las audiencias concluyeron ayer con la declaración de los testigos presentados por el juez Clarence Thomas, un grupo de mujeres que han trabajado con el juez durante los últimos años. Todas ellas respaldaron la conducta "intachable" del candidato al Tribunal Supremo y no dieron crédito a las acusaciones de Hill.
El pleno del Senado vota mañana la nominación definitiva del juez Thomas mientras algunas encuestas publicadas en Washington demuestran que la opinión pública cree que Anita Hill ha mentido. Algunos senadores han declarado que no han modificado su opinión sobre Thomas, aunque hoy nadie sabe con certeza cuál va a ser el voto definitivo del pleno de la Cámara. "Prefiero morir que abandonar". La frase pronunciada por el juez Clarence Thomas, demuestra sin paliativos el nivel de dramatismo que han alcanzado las audiencias del Comité Judicial del Senado. Thomas, que aseguró que seguirá luchando hasta el final por la plaza del Tribunal Supremo, para la que fue recomendado por el propio presidente Bush, calificó el sábado de mentiras las alegaciones de la abogada Anita Hill.
El caso Thomas ha alterado la vida de los norteamericanos. El viernes y el sábado, por ejemplo, se alcanzaron unos índices de audiencia televisiva inhabituales. La expectación fue tan alta que incluso obligó a las grandes estrellas de las principales cadenas de televisión a dirigir personalmente programas especiales que, en algunos casos, postergaron u obligaron a cancelar espacios deportivos, un hecho inaudito.
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