El universo aislado de Elena

Elena observa el mundo a través de un plástico. Nació hace 17 meses con una inmunodeficiencia congénita que la hacía vulnerable a cualquier infección. Hace una semana fue sometida en el hospital La Paz a un trasplante de médula ósea para que su cuerpecito regenere sus defensas. Este proceso requiere un aislamiento absoluto. Por eso, desde entonces, el universo de Elena se reduce a un habitáculo de unos dos metros cuadrados, donde duerme y juega sin perder la sonrisa. Ella ha inaugurado la burbuja de la unidad para trasplante infantil de médula de la ciudad residencial, la primera que entra en funcionamiento en España.

"Sed muy rápidos con las fotos, porque la niña está agotada y tiene unas decimitas. Ha venido a verla mucha gente hoy". Mariví Huertas y Pilar Pérez, enfermeras de la planta de lactantes, son las encargadas de cuidar de Elena esa tarde. "Estás muy cansada, ¿verdad hija?", le pregunta Mariví mientras la viste a través de unos enormes guantes negros adheridos a la burbuja.La vitalidad de la cría contrasta con la apreciación de la enfermera: sonríe de oreja a oreja y da palmaditas mientras mira con atención los rostros que la observan.

Mariví y Pilar no se acaban de acostumbrar a tocar a la niña mediante los guantes. "Hemos. aprendido sobre la marcha; la verdad es que es bastante complicado", dice Pilar. "Pero también es emocionante cuidar a una niña en estas condiciones", comenta Mariví. "Yo le doy besos a través del plástico, y entonces te mira con una carita que te dan ganas de meterte en la burbuja para poder tocarla de verdad. A veces la cojo en brazos y se acurruca en mi hombro". Mariví rodea con sus brazos un bebé imaginario.

Luces de neón

Elena Moya Galindo está acostumbrada a ver a su alrededor batas blancas y luces de neón. La mayor parte de su corta vida ha transcurrido en el hospital de La Paz, donde ingresó cuando tenía tres meses. Primero en el departamento de enfermedades infecciosas, luego en pediatría.Tras conseguir un donante de médula (su hermano), la niña fue sometida al trasplante bajo la dirección de Purificación García de Miguel, del servicio de hematología.

Cada mañana, Elena recibe la visita de sus padres, que viven en la localidad madrileña de Becerril de la Sierra. Dentro de seis meses, si todo el proceso se desarrolla sin problemas, la podrán coger en brazos.

Las dos burbujas con que cuenta la unidad se encuentran en una habitación "ultralimpia". Todo el material que entra en ella se esteriliza. De momento, Elena sólo se alimenta a través de sueros. La medicación que necesita también se guarda en una miniburbuja, y se traslada al habitáculo de la niña a través de una conducción cerrada. En la habitación hace calor.

En Madrid se realizan trasplantes infantiles de médula ósea en el hospital Ramón y Cajal y en el del Niño Jesús. Se trata fundamentalmente de procesos de leucemia, y para su posoperatorio una habitación de aislamiento es suficiente. En los casos de inmunodeficiencia congénita, sin embargo, el aislamiento tiene que ser más estricto. Hasta ahora, los niños eran enviados a Francia y Alemania, al no existir burbujas en España.