El bando anti-droga, ineficaz en su primer día

Los yonquis siguieron pinchándose ayer a sus anchas en las calles de Madrid. Los municipales no los molestaron, pese a que los carteles con el bando del alcalde que sanciona el consumo callejero de drogas estaban pegados ya en las paredes y llamaban la atención de los viandantes. El concejal de Seguridad y Policía Municipal del Ayuntamiento, Carlos López Collado, señaló que la aplicación de la norma -que entraba en vigor ayer- se ha retrasado por la consulta con el juez decano de Madrid sobre cuestiones como la identificación del adicto.El edil reconoció que el bando "puede ser inútil" en los casos en que el yonqui sorprendido pinchándose se niegue a facilitar su identidad ante los agentes que pretendan multarle. López Collado discutió ayer estos temas con mandos de la Policía Municipal. Los agentes no hicieron cumplir ayer el bando, aunque fueron informados. Lo harán hoy.

El objetivo de las Unidades de Seguridad Ciudadana de la Policía Municipal -"más adecuadas por la edad y preparación de sus hombres", aseguraba López Collado- serán los parques, jardines y plazas de toda la ciudad, Iugares adonde los madrileños han dejado de ir por estar invadidos de yonquis -, según el edil. Puntos negros de consumo de drogas en La Celsa o Pies Negros, "donde sólo hay adictos", no van a ser vigilados.

López Collado reconoció que si el yonqui sorprendido por los agentes no es identificado, la aplicación del bando puede ser inútil, "es un supuesto que complica enormemente las cosas". "SI el adicto se halla en mal estado de salud, los policías le llevarán a un centro asistencial, pero si simplemente se niega a identificarse, los agentes sólo pueden conducirle a comisaría si se le incauta una cantidad de droga", aseguró el concejal. El edil no pudo contestar al plantearle el supuesto de la actuación policial ante un drogadicto que se niegue a enseñar su documentación y sólo lleve encima la droga que se está pinchando. López Collado aseguró que los agentes municipales "no incurrirán en detenciones ilegales".

Los bandos que sancionan el consumo de drogas en la calle pueden florecer en la Comunidad, de la mano de los regidores del Partido Popular, si siguen el ejemplo del alcalde de Madrid, José María Álvarez del Manzano. Luis Eduardo Cortés, presidente regional de la formación y diputado de la Asamblea de Madrid, anunció ayer que se reunirá con todos los alcaldes y portavoces del PP en los pueblos de la región para que adopten posturas conjuntas a fin de combatir el consumo público de drogas.

En la mañana de ayer, la policía local de Boadilla del Monte (con alcaldesa del PP) se encontraba distribuyendo un bando similar al publicado en Madrid, informa Luis Esteban. Aunque el bando no determina la cuantía de la multa por el consumo de droga en la calle y en los lugares públicos, dice que se aplicará "la máxima sanción que permite la ley". El bando también sanciona a aquellos que se desprendan de jeringuillas en los lugares públicos.

Pozuelo de Alarcón es el único municipio gobernado por el PP en el noroeste de Madrid que no ha difundido un bando de este tipo.

Según el concejal responsable de medios de comunicación, Adolfo Dodero Jordá, esta medida se está estudiando. En Colmenar Viejo, al norte de la región, el PP aplicará pronto esta decisión, que, además, según la concejal responsable de comunicación, María Luisa Mansilla Baudot, forma parte del programa electoral de su grupo.

El alcalde de Majadahonda, Ricardo Romero de Tejada y Picatoste, también del PP, se adelantó a Álvarez del Manzano, y fue el primer regidor de la región madrileña que lanzó, el 14 de diciembre de 1990, un bando que prohíbe y multa el consumo público de droga. "Aunque las acciones son más modestas que las que ha puesto el alcalde de Madrid, la medida es eficiente", sostiene Romero de Tejada. Las multas se sitúan entre 5.000 y 10.000 pesetas.

En el bando se multa también el consumo de bebidas alcohólicas en la vía pública, así como el despacho de bebidas alcohólicas a menores de 16 años y el orinar en la calle.