Callejeros
Durante nueve años, Barricada ha vendido más de medio millón de ejemplares de sus ocho discos (50.000 en 15 días de su último trabajo, Por instinto), defendiendo un rock duro con una temática de enfrentamiento radical al sistema. Algo de veracidad deben desprender, porque su público está muy currado y no se gasta 1.400 pesetas para escuchar mentiras.Cuando en 1985 el grupo de Pamplona tituló a su segundo disco Barrio conflictivo, eligió bien su audiencia: el extrarradio urbano. Un año más tarde, volvió a acertar con el siguiente trabajo: No hay tregua. Era la lucha continua de los no asimilados por mantener su identidad, que encontraban en las canciones de Barricada su expresión idónea: "Ninguna bandera me pone la carne de gallina. / Ninguna bandera me pone de pie" (Por instinto. 1991).
Barricada
Javier Hernández Boni (guitarra y voz), Enrique Villarreal El Drogas (bajo y voz), Alfredo Piedrafita (guitarra y voz), Fernando Coronado (batería). 5.000 personas. Preclo: 1.400 pesetas. Plaza de toros de las Ventas. Madrid, 4 de octubre.
El cauce elegido por Barricada para hacer que sus textos caminen solos ha sido el más simple: un rock de gran energía, escueta instrumentación (dos guitarras, bajo y batería), y rítmicamente trepidante. La experiencia del cuarteto en el escenario (Barricada no conoce la crisiseconómica que atraviesa la música porque tiene una audiencia fiel), garantiza la conjunción, un trabajo sencillo y bien ejecutado y, por lo tanto, el acceso directo a un público que no pide más.
Su recital en Madrid fue significativo al respecto, aunque presentó algunos desajustes en la interpretación de canciones de su último disco (África), mezclados con otros temas nuevos en los que la compenetración fue perfecta y original en las guitarras (Haz lo que quieras).
Fueron dos horas en las que las canciones de Barricada cayeron como una maza sobre un público cercano a la catarsis y ajeno a la monotonía musical del cuarteto. Composiciones cortadas por un mismo patrón, con desarrollos armónicamente muy simples que desembocan en estribillos coreados con frenesí y adornados por la competente guitarra de Alfredo Piedrafita. El rock en su estado más elemental.
En este terreno, Barricada se mueve como pez en el agua y tiene buen cuidado en no traspasar los límites que tan buenos resultados le proporciona, aunque en sus últimos trabajos la temática social tiene un contrapeso mayor en las atípicas canciones de amor, desde el éxito de No se que hacer contigo (1987). Pero su público no olvida y enloqueció con Okupa, Campo amargo y tantos otros temas que han convertido a Barricada, con más suerte que Rosendo y Burning, en el grupo más callejero.
Babelia
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