"El problema es el hormiguero"

Mario Pestana, miembro de la Comisión de Drogas de Jueces para la Democracia, valora negativamente del bando: "Va dirigido a castigar con multas a los sectores más marginales de los consumidores de drogas: aquéllos que tienen que consumirlas en público", afirma. "Además una política prohibicionista crea más problemas, porque incrementa los aspectos más sórdidos que rodean al consumo de drogas", arguye.José Luis Segovia, miembro de la Coordinadora de Barrios, considera que "este tipo de medidas recaen sobre los toxicómanos que no tienen privacidad ni suelen tener propiedades, por lo que multarles es ineficaz". Segovia califica de "muy pobre" que sólo se tomen medidas sancionadoras "mientras no vayan acompañadas de acciones preventivas y sigan existiendo listas de espera interminables para la rehabilitación".

Por otra parte, CC OO, a través de su portavoz Francisco Naranjo, apunta que "para acabar con la plaga hay que eliminar el hormiguero, no a las hormigas". "En vez de medidas represivas sería más conveniente mejorar los equipamientos culturales y ofrecer mayores espectativas laborales" concluye.

Baldomero López Gómez, presidente de la Asociación de Padres con Hijos Drogadictos, señaló: "Eso de las sanciones económicas a los chavales es una barbaridad inútil y absurda, además de totalmente ineficaz. Ellos [los drogadictos] son insolventes y no pueden responder de nada". López Gómez es partidario de prohibir el consumo en público de drogas: "No está bien que se pinchen en la calle ni que echen las jeringuillas al suelo", reconoce.