Dudas sobre el multipartidismo
Se impone hallar un remedio para los males de África. Hay quienes recomiendan medicamentos a base de democracia y multipartidismo; algunos incitan a la investigación para la elaboración de recetas de democracia propias; otros -entre ellos, algunas de las potencias occidentales que presionan con el arma de las ayudas financieras para la limpieza política del continente- creen que la solución debe centrarse en el saneamiento económico y el respeto de los derechos humanos, pero no necesariamente en el pluripartidismo."Con el estómago vacío no se puede hacer política; pero si no hay la seguridad jurídica de un régimen constitucional nunca tendremos la base para inversiones financieras serias que nos saquen del subdesarrollo", declaraba a este diario un representante de. Convergencia para la Democracia Social, partido opositor clandestino de la ex colonia española de Guinea Ecuatorial. Allí, bajo el empuje de las presiones internacionales, el presidente Teodoro Obiang ha prometido reformas que no acaban de materializarse. Los partidarios del presidente justifican sus titubeos con el miedo de que el pluripartidismo resulte en agrupaciones de carácter tribal. Los opositores admiten este riesgo, pero apuntan a que ha sido precisamente el régimen de partido único el que, con el favoritismo a un solo clan, ha espoleado las divisiones tribales.
El debate se etemiza en términos muy similares en la mayoría de los países africanos. Mientras, en Nigeria se ha optado por la vía de enmedio. Allí el régimen militar ha prometido la devolución del poder a los civiles para 1992. Eso sí, limitando los partidos políticos a dos.
En un país donde el enfrentamiento entre etnias cristianas y musulmanas -mayoritarias en el Norte- está a flor de piel, no es de extrañar que la población acoja favorablemente la prohibición de crear partidos religiosos o regionales.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.