Grupos neonazis celebran la unidad alemana atacando a los extranjeros
La Alemania unida entró ayer en su segundo año de vida en mala compañía. Grupos de neonazis distribuidos por todo el país protagonizaron ataques contra albergues para extranjeros, provocando incluso gravísimas quemaduras a dos niños libaneses. El temor a que la xenofobia se apodere de la vida alemana fue el telón de fondo de los oradores que conmemoraron el aniversario.
Los presidentes de las dos cámaras parlamentarias, la democristiana Rita Süssmuth y el socialdemócrata Henning Voscherau, dieron la señal de alerta ante unos brotes de racismo inéditos desde el III Reich.El canciller federal, el también democristiano Helmut Kohl, se decidió por fin a coger el toro por los cuernos y, por primera vez desde mediados del mes pasado, se refirió en un discurso televisado a la explosión de racismo. Tras afirmar que los extranjeros merecen respeto y tolerancia "por haber contribuido con su duro trabajo a la prosperidad de todos", echó cal en la arena. "Haré todo lo que esté en mi poder para acabar con los abusos de las leyes de asilo", afirmó, tras mostrarse comprensivo con aquellos que piensan que sobran extranjeros en Alemania.
El canciller Kohl alabó el éxito de la recuperación económica de la ex RDA y criticó la arrogancia de los alemanes occidentales respecto a sus hermanos orientales.
Anoche hubo manifestaciones de neonazis e izquierdistas en Berlín, Gera y Werben, a las que asistieron varios miles de personas sin que se produjeran incidentes.
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