La autopsia al etarra muerto en Bilbao niega que los tiros fueran a cañón tocante

El informe forense realizado al miembro del comando Vizcaya de ETA Juan María Ormazabal Ibarguren, Turko, muerto el 29 de agosto en una operación de la Ertzaintza estima que la distancia del disparo mortal que recibió en el tórax fue efectuado a menos de medio metro, y baraja la posibilidad de que se hiciera a unos 10 centímetros. El disparo que recibió en la sien fue efectuado a unos 30 o 40 centímetros. El documento rechaza que se hicieran a cañón tocante.El etarra fue abatido a tiros en la misma operación en la que murió el ertzaina Alfonso Menchaca, por disparos de los etarras. El informe del forense, leído ayer a las partes, confirma en su mayoría la versión del Gobierno vasco ofrecida a la semana del tiroteo.

Sin embargo, el informe cita que en caso de que se hubiera producido la combustión total de la pólvora la distancia del disparo en el tórax estaría alrededor de los 10 centímetros "dada la concentración periodificial de dicho ahumamiento". Este disparo y el que recibió en la sien fueron efectuados por el agente desde el exterior del vehículo desde el que disparaba el terrorista. El informe constata que los dos impactos los recibió en movimiento y con un brazo estirado en posición de disparar.