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Ciudadanos marroquíes, contra la corrupción de su embajada en Madrid

Unos 300 ciudadanos marroquíes se manifestaron ayer ante la Embajada de Marruecos en Madrid para protestar contra la corrupción de los funcionarios consulares de su país, a los que acusan de cobrar fuertes sumas de dinero por tramitar los pasaportes, que los inmigrantes necesitan con urgencia para poder legalizar su situación en España. La paz y el silencio de la lujosa colonia de El Viso donde se encuentra situada la embajada marroquí se rompió ayer con los cánticos y los sonidos de tambor que acompañaron incesantemente la marcha.

Los manifestantes, convocados por la Asociación de Trabajadores Inmigrantes Marroquíes en España (ATIME), y llegados desde Valencia, Barcelona, Murcia, Almería y la periferia de Madrid, protestaban contra los reiterados abusos de que son objeto por parte de algunos funcionarios marroquíes que cobran, sin tener derecho a ello, importantes cantidades (que han llegado a las 150.000 pesetas) por las inscripciones consulares y la tramitación del pasaporte."La embajada de Marruecos es un verdadero obstáculo para nuestra integración en España", dice Beyuki Abdel Hamid, dirigente de ATIME. "Hemos enviado cartas al Instituto Español de Inmigración, al Ministerio de Trabajo y a la Delegación del Gobierno en Madrid exponiéndoles la situación. Las autoridades españolas deben saber lo que ocurre". Para Abdel Hamid, el proceso de regularización abierto por el Gobierno "es positivo, pero insuficiente". "La exigencia de precontrato facilita la existencia de mafias que se aprovechan de la situación desesperada de los inmigrantes", añade.

Además de los agentes policiales un servicio de orden de ATIME controló estrictamente la manifestación que transcurrió en un ambiente festivo.

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La pancarta que encabezaba la marcha decía: "Juzgad a los corruptos del consulado marroquí. Pasaporte e inscripción consular ahora".

Las proclamas se lanzaban en árabe, aunque de vez en cuando los líderes de la marcha, a través de la megafonía empleaban el castellano: "Vamos sin miedo". "Juntos ante los corruptos". La mayor parte de los asistentes coreaba, no sin cierta dificultad, las consignas. Frente a la embajada los gritos arreciaron: "Derecho sí, corrupción no". "Urgente, urgente, nuestros pasaportes". Junto a los cámaras de televisión, un hombre filmaba ostentosamente a los manifestantes con un vídeo. Momentos antes, había vigilado la marcha, junto con otros tres individuos, desde un coche. Cuando un manifestante se acercó a él, fue recibido con un empellón e insultos. La policía puso fin al altercado. Los dirigentes de ATIME le identificaron como el presidente de los Amicales, asociación próxima a la embajada a la que ATIME acusa de presionar y atemorizar a los inmigrantes. "Son asociaciones amarillas, que se limitan a buscar víctirnas", comentaba Beyuki Abdel Hamid.

El líder de ATIME pronunció unas palabras al final de la concentración, en las que recordó al embajador, Azeddine Guessous, los derechos que tienen como ciudadanos marroquíes y agradeció el apoyo recibido desde diversas organizaciones españolas, especialmente la UGT". "Estas asociaciones nos representan como trabajadores, pero nosotros somos los únicos representantes de los inmigrantes".

A las 13.20 los manifestantes recogieron en silencio las pancartas, los tambores y los altavoces. Un grupo agradeció a la policía su presencia. "Ha estado bien", respondió el agente. "¿Cuándo es el próximo?". "Lo próximo es una fiesta que damos esta tarde a la que están invitados". "Cantaremos y bailaremos danzas marroquíes", dijo animosa una manifestante. "Uy, quita, gracias. Yo sólo bailo sevillanas", respondió el policía.

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