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La visita de Mitterrand a Alemania no disipa la actual desconfianza franco-germana

La primera visita del presidente de Francia, François Mitterrand, a la Alemania unificada se inició ayer en Bonn con una corta entrevista del mandatario francés con el canciller Helmut Kohl, seguida de un amago de conferencia de prensa en la que ambos políticos expusieron brevemente sus posturas sobre la Comunidad Europea, la Unión Sovietica y Yugoslavia, sin responder después a ninguna pregunta. A tenor de lo visto y oído, la visita de Mitterrand no parece haber arreglado la crisis de confianza entre París y Bonn.

Poco antes de que el presidente francés llegara al aeropuerto de Colonia, el portavoz del Elíseo, Jean Musitelli, negaba en París que existiera ninguna tensión entre los dos países, respondiendo directamente a los comentarios tanto de la prensa francesa como alemana. "Desearíamos volver a los hechos y a la realidad y dejar a un lado esta polémica", dijo Musitelli. Kohl, por su parte, empezó su breve parlamento anunciando que se había tratado de una conversación "entre buenos amigos", y, posteriormente, Mitterrand se refirió a lo ya dicho por el canciller alemán. Pero esto fue todo. La brevedad y rigidez del acto, celebrado en el vestíbulo de la cancillería, contrastaba radicalmente con la última visita de Mitterrand a Bonn, antes de la unidad alemana.Lo dicho sobre la crisis yugoslava pone en evidencia la frustración europea ante el repetido fracaso de la mediación. Ambos pidieron el fin de la violencia y exigieron el reconocimiento del derecho a la autodeterminación de los pueblos. Pero también matizaron que este derecho se extendía a "Ios pueblos de cada república", una cierta concesión a las tesis serbias.

Pero lo más relevante fue precisamente lo que no se mencionó. Ni Kohl ni Mitterrand se refirieron al tema de los países de Europa del Este, en estos momentos, una de las principales preocupaciones alemanas. El Gobierno de Bonn pretendía involucrar al de París en algún tipo de acción conjunta con respecto a Polonia, Checoslovaquia y Hungría, cuando aún escuece en la cancillería la negativa francesa a reducir las barreras arancelarias agrícolas de la Comunidad Europea para todos estos países.

Francia y Alemania colaborarán en organizar ayuda de urgencia a "Ias repúblicas soberanas que componen hoy la antigua URSS" -en palabras de Mitterrand-, que se enfrentan a "un invierno terrible". Pero el presidente francés dejó el tema de la ayuda económica "a la CE y al G-7".

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