"Tengo un futuro intenso por delante"

Recién llegado a Madrid, en una visita relámpago, Jamie Robbie Robertson, guitarrista y líder del grupo norteamericano The Band, anunció la publicación de su segundo álbum en solitario, coincidiendo con su actuación en Sevilla en el concierto Las Leyendas de la Guitarra en Expo 92. A sus 48 años, el músico canadiense regresa a los escenarios después de un largo periodo de reflexión. Estará el próximo día 18 de octubre en el Auditorio de la Exposición Universal de Sevilla, compartiendo escenario con los también guitarristas Roger McGuinn, Roger Waters y Richard Thompson.Obsesionado por "los estados de ánimo y los ambientes", el que fuera durante toda la segunda mitad de los años sesenta y buena parte de los setenta brazo derecho de Bob Dylan, ha grabado un elepé dedicado a la ciudad de Nueva Orleans. Storyville toma el nombre del barrio más vital de la capital de Lousiana, "porque es la máxima expresión del ritmo". "Allí todo tiene swing" dice, "desde la gente a los edificios, y ese sentimiento generalizado se transmite inevitablemente al músico. Se convierte en una influencia demasiado grande como para poder ignorarla".

Vestido totalmente de negro, con la coronilla cubierta por una boina y los ojos ocultos tras unas gafas de sol, el hombre que escribió The night they drove old dixie down mira hacia el futuro con optimismo. "Soy una persona muy afortunada" afirma, "con una historia muy densa a mis espaldas y un futuro intenso por delante. El pasado nos ha servido, a mi y a todos los músicos de mi generación, para ser mejores. Aprendiendo los unos de los otros sin parar...".

Despedida

En 1978, después de rodar al frente de The Band (Richard Manuel, Garth Hudson, Rick Danko y Levon Helm) durante más de 15 años, contempla con indiferencia cómo el grupo se disuelve con un gran concierto de despedida: El Ultimo Vals. "No me sentía bien de ánimo, seguramente porque a nivel creativo no hacía lo que realmente necesitaba hacer. Me daba cuenta de que había estado aquí y allí, había probado de esto y de lo otro, de todo, y a pensar de eso nunca sentía que estaba realmente vivo. Entonces tuve claro que tenía que comenzar a buscar el alma, la esencia de las cosas".

Dicen que fue Martin Scorsese, y su trabajo en la versión cinematográfica de The Last Waltz Suite, lo que devolvió a Robbie Robertson a la tierra, tras vivir junto a Bob Dylan en las estrellas. Inmediatamente después de la comercialización de El último Vals comenzó a trabajar en bandas sonoras, en la música de películas como Carry, Toro salvaje, El rey de la comedia o El Color del dinero. "Sentí algo que estaba necesitando sentir desde hace mucho tiempo" afirma, "y que seguramente sea un sentido profundo y real del equilibrio personal. Es necesario encontrar los lugares en los que puedes mirar al mundo exterior y, al mismo tiempo, verte a ti mismo por dentro hasta poder analizar tu interior".

"Me prometí a mi mismo que algún día grabaría un álbum con canciones basadas en los capítulos de una, historia que captase el sabor de Nueva Orleans" dice. "Repetía las ideas que se acumulaban en mi cabeza a todo el mundo, y esperaba que con sus comentarios, con sus propuestas, llegase de: una vez por todas la inspiración".

"Cuando cae la noche en StoryvIlle / si las mujeres no te atrapan/ la música lo hará", canta Robertson en su último álbum, producido por el propio Robertson y por Bob Clearmountain y, Stephen Hague. "Cuando tenia 14 años sentí que tenía la música bajo la piel" asegura. Desde entonces la define como "algo sudoroso y espeso, con misterio y sensualidad".