La 'dama negra' niega haber pertenecido a los GAL ante el Tribunal de Bayona

Dominique Thomas, la dama negra, negó ayer ante el tribunal de Bayona (Francia) que le está juzgando haber pertenecido a los Grupos Antiterroristas de Liberación (GAL) y haber realizado actividades terroristas en el suroeste francés. El fiscal de la causa, Jean Paul Nahon, acusa a Thomas y a los ciudadanos franceses Raymond Sanchis, Patrick Pironneau y Christian Hitier de asociación de malhechores, delito por el que la justicia francesa condena a penas de entre cinco y 10 años de prisión.

Ninguno de los procesados asumió su pertenencia al citado grupo terrorista, y los cuatro aseguraron conocer a los policías españoles José Amedo Fotice y Michel Domínguez, encargados de establecer contacto en el suroeste francés con personas que les pudiesen facilitar información sobre militantes de ETA refugiados en Francia, según se desprendió de los testimonios realizados por los cuatro presuntos miembros de los GAL. Amedo y Domínguez han sido exculpados de esta causa por haber sido juzgados en España por un delito de las mismas características y cuya sentencia se conocerá en breve.La investigación que ha permitido sentar en el banquillo a los cuatro presuntos miembros de los GAL partió de la localización, por tres periodistas españoles, de un escondite en el puerto de Courlecou, en cuyo interior se encontraban armas, explosivos y diversa documentación que permitió a la policía llegar a Raymond Sanchis, la persona que, según todos los indicios, puso a Amedo Fouce y a Miguel Domínguez en contacto con los otros tres procesados.

Sanchis, a lo largo del juicio intentó convencer a la presidenta del tribunal, Gaxux Etcheverry, que su identidad había sido confundida con la de Pedro Sánchez, militante de los GAL muerto en una cárcel española y que las informaciones de prensa que le indentificaban como miembro de los GAL estaban equivocadas. "Yo nunca participé en actividades terroristas.

Acompañante en Andorra

Los policías españoles se pusieron en contacto conmigo y les acompañé a Andorra para realizar una misión sin saber cuál era", indicó Sanchis. Un viaje que le permitió establecer contacto con Christian Hitier y Dominique Thomas. El primero aseguró que los policías le habían encargado comprar armas, adquiridas en la armería 'Rosel de Andorra, y que posteriormente, según las pruebas de balística practicadas por la policía en Francia fueron utilizadas en varios atentados contra presuntos militantes de ETA y encontradas en el escondite del puerto de Courlecou.Raymond Sanchis aseguró, en el transcurso del interrogatorio de la vista oral, que en ningún momento pensó que la policía española tenía intención de realizar atentados en Francia. A lo que el fiscal Nahon respondió de forma rotunda: "Amedo y Domínguez no representan a la policía española".

Dominique Thomas, de 34 años, nacida en Shaigón y conocida con el apodo de la dama negra de los GAL, compareció ayer en el tribunal vestida con falda amarilla y camisa blanca con rayas del mismo tono, que la falda, y americana y zapatos negros, el único color que la identifica con el apodo. Su pequeña estatuta y sus rasgos asiáticos la alejan del misterio que durante un tiempo ha rodeado a esta mujer. Su voz suave y cierto temblor al hablar no parecían responder al mito de la dama negra, a la que se le imputa la autoría de un importante número de atentados llevados a cabo por los GAL.

Esa organización realizó entre diciembre de 1983 y julio de 1987 en Francia 34 acciones terroristas en las que murieron 24 personas y 26 resultaron heridas.

El abogado de la dama negra, Georges Catala, y los letrados de los tres presuntos miembros de los GAL, pretendieron declarar a la sala de Bayona incompetente para celebrar el juicio, amparándose en una reciente ley aprobada en Francia por la que los delitos de terrorismo se deben juzgar en un tribunal especial en París., La sala rechazó la petición alegando que los posibles delitos fueron realizados presuntamente por los procesados en fechas anteriores a la promulgación de la citada ley.