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La Administración francesa, responsable del contagio de sida de los hemofílicos

La Administración francesa es responsable, aunque no culpable, de¡ contagio de sida de los hemofílicos, según el informe oficial publicado el martes sobre cómo la Administración gala enfocó su política de transfusiones en relación con la lucha contra el sida. El informe, realizado por Michel Lucas, fue encargado por el ministro de Asuntos Sociales, Jean-Louis Bianco, y por el ministro delegado de Sanidad, Bruno Durieux.

En el informe queda clara la responsabilidad de la Administración respecto a ciertas cuestiones aunque no su culpabilidad, tal como ya dictaminó una sentencia que, la primavera pasada, condenó a un hospital del sur de Francia a indemnizar a un hemofílico por haberle contaminado con sangre portadora del virus del sida al realizarle una de las transfusiones a las que periódicamente estaba obligado por el tratamiento de su enfermedad. En dicho caso el hospital fue considerado responsable pero no culpable y se le obligó a una indemnización cuantiosa.Sin embargo, la sentencia sugería también la posibilidad de que el hospital iniciase un proceso legal que le liberase de toda responsabilidad al delegar ésta en una Administración que se había mostrado lenta y confusa en sus normativas.

El informe establece una cronología detallada a partir de dos periodos: el primero, entre 1981 y 1984, habla, refiriéndose al sida, de "una amenaza de alcance aún desconocido que sacude convicciones y esperanzas", mientras la segunda época, a partir de 1985, es descrita como la de "una estrategia que se pone en marcha progresivamente".

Michel Lucas deja constancia de que el 22 de noviembre de 1984 el doctor Brunet, de la Direction Générale de la Santé, advierte ya sobre los peligros del contagio del sida a través de transfusiones y sobre las garantías que ofrece el procedimiento de esterilización de los productos sanguíneos puesto a punto por la firma norteamericana Trevenol.

En febrero de 1985, la firma americana Abbott solicita que sea inscrito en el registro de Laboratoire Nationale de la Santé su test para el sida. Pocos días después la empresa francesa Diagnotics Pasteur también presenta en el registro su test de diagnóstico.

El test de Pasteur no fue autorizado hasta el 21 de junio de 1985 y el de los laboratorios Abbott hasta el 24 de julio del mismo año, de manera que la lentitud en la autorización ha podido ser interpretada como un retraso interesado destinado a favorecer la industria farmacéutica gala.

Además, el 9 de mayo de ese año, el secretario de Estado para la Sanidad presenta, en una reunión interministerial, un informe en el que considera, que "la generalización del test no está probado que sea una medida positiva para la salud".

Sangre sin esterilizar

El 9 de mayo el director del Centre National des Transfussions Sanguines (CNTS), Michel Garretta, considera "necesario distribuir sangre esterilizada por calentamiento para las transfusiones destinadas a hemofílicos". Pero el 3 de julio el mismo CNTS dictamina que la sangre esterilizada no ha de emplearse hasta que no se hayan agotados los stocks de sangre probablemente contaminada.El 23 de julio interviene el Ministerio de Sanidad que ordena no abonar a la Seguridad Social cualquier producto sanguíneo que antes no haya sido esterilizado por calentamiento. Pero el 23 de agosto CNTS aún emplea sangre no esterilizada "para los casos de hemofílicos seropositivos", tal y como prueba un documento que contradice las declaraciones oficiales de Garretta.

Actualmente los hemofílicos víctimas de transfusiones de sangre coritaminada con sida se cuentan por millares.

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