"España es la hermana patria de Argentina", dice el Príncipe
ENVIADA ESPECIAL"España no es la madre patria de Argentina, sino la hermana patria", dijo ayer el príncipe Felipe de Borbón en unas palabras que dirigió al Congreso argentino. Antes, el Príncipe se había entrevistado media hora con el presidente de Argentina, Carlos Menem, a quien reiteró la invitación del Rey para visitar España el año próximo, con motivo de la cumbre de presidentes iberoamericanos que se celebrará en Sevilla en 1992.
La segunda jornada de la visita oficial del Príncipe a Argentina comenzó con la ofrenda floral al libertador general San Martín. Don Felipe guardó un minuto de silencio ante la estatua del héroe de la independencia argentina, tras lo cual se dirigió a la Casa Rosada, donde fue recibido por Menem.El presidente argentino impuso a don Felipe la máxima condecoración de la nación: la Gran Cruz de la Orden del Libertador. El Príncipe y un Menem eufónico tras la victoria electoral peronista del domingo, se saludaron afectuosamente.
A continuación, se retiraron para mantener la entrevista privada en la que el Príncipe le hizo entrega del mensaje del Rey que contenía la invitación. El Príncipe preguntó a Menem sobre la economía del país y éste le manifestó su satisfacción por haber contenido la inflación.
Después, en la alcaldía, don Felipe recibió las llaves de la ciudad y en su discurso de agradecimiento dijo: "Para los españoles, venir a Buenos Aires es sentimos en nuestra propia casa". Don Felipe recorrió andando la Avenida de Mayo, en la que varios centenares de personas le aplaudieron.
La Embajada de España en Buenos Aires ha distribuido unas instrucciones para las personas que está previsto traten con el Príncipe. Así, se explica que el tratamiento adecuado es de "señor" y "vuestra alteza", con especial énfasis para que nadie le llame "su alteza", como suele ser habitual, ya que ésta es la expresión correcta precisamente cuando el Príncipe no está. Estas instrucciones están destinadas sobre todo a los invitados a la recepción que don Felipe tenía previsto mantener a última hora de la tarde de ayer (madrugada en España) y alrededor de la cual se ha montado un sistema de reventa por el que las invitaciones -lógicamente gratuitas- alcanzan los 500 dólares (unas 50.000 pesetas).
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