La oposición castrista dice que Cuba sufre la crisis más grave de su historia

Los dos máximos representantes de la disidencia cubana en el interior, Gustavo Arcos y Elizardo Sánchez, compararon ayer la actual situación que se vive en la isla con la de los meses previos a la caída de Nicolae Ceausescu en Rumania y abogaron, en un mensaje dirigido al régimen castrista, por una política no violenta que salve lo que denominaron "la más grave crisis nacional que padece Cuba desde su independencia".

ENVIADO ESPECIAL, En opinión de ambos líderes, que han decidido actuar conjuntamente tras un encuentro que sostuvieron el sábado en La Habana, "existe una demanda generalizada en el país de cambios de la que no son ajenos los propios militantes del partido comunista".Para Elizardo, responsable de la Comisión Cubana de los Derechos Humanos y la Reconciliación Nacional, "la situación en Cuba es dramática, porque la gente puede vivir mal, tener problemas en la vivienda o en el transporte, pero de lo que no puede prescindir es de la alimentación". En este sentido, precisó que "el Gobierno de Fidel Castro no previó lo que pasó en Europa del Este y en la URSS, de quien ha venido dependiendo en un 70%. El plan alimentario puesto en marcha a raíz de estos sucesos es también un fracaso porque, si bien le asegura al ciudadano las mínimas viandas agrícolas, no en cambio le devuelve sus derechos en cuanto a provisión de alimentos, establecido en la libreta de racionamiento de 1962, que le ha venido garantizando hasta hace muy poco alimentos básicos como el pollo o la carne".

Sánchez, de 47 años y ex militante comunista, procede del mundo de la Universidad, donde fue profesor de Filosofía Marxista. Fue excarcelado en mayo último tras ocho años y medio de prisión por los denominados delitos políticos y ha sido uno de los artífices de la creación el pasado miércoles 4 de la Comisión Democrática Cubana (CDC), primera plataforma política de la disidencia interior que, sobre la base de ocho organizaciones defensoras de los derechos humanos, ha decidido actuar como oposición unitaria en el país, pese a las prohibiciones del régimen.

Elizardo Sánchez y Gustavo Arcos, este último veterano revolucionario y compañero de Castro en el asalto del Moncada, se reunieron el sábado tras un largo periodo distanciados personalmente, para evaluar la convocatoria de unajornada de protesta que se fijó el viernes último en La Habana mediante llamadas de las emisoras contrarrevolucion arias de. Miami. La convocatoria resultó un fracaso absoluto, pese a que hubo tres detenidos, porque grupos adictos al régimen montaron una contramanifestación que ni siquiera pudo proporcionar el respiro a los escasos disidentes que se agruparon en la calle.

Periodo de gestación

"En Cuba", según Elizardo Sánchez, "no existe una conciencia de oposición, aunque hay esperanzas de que cuaje en el futuro, porque, de hecho, se está en un periodo de gestación. El agrupamiento ahora de todas las fuerzas, cuya unidad se la tenemos que agradecer al régimen comunista por su insistencia en disgregarnos, es un paso muy importante, y el hecho de encontrarnos hoy en una misma mesa Gustavo Arcos y yo es insólito y sintomático de que vamos hacia adelante"."Nadie desea convulsiones en Cuba", explicó Gustavo Arcos, de 64 años, ex embajador cubano en Bruselas, con nueve años de cárcel a sus espaldas y responsable ahora de la Comisión Cubana Pro Derechos Humanos. "Nosotros veríamos con muy buenos ojos que el Gobierno tuviera el gesto de dar un paso de voluntad política para proporcionar una solución a esta situación que vive el país. El principal obstáculo de que Cuba no camine hacia la democracia son ellos mismos".

"La mayoría del pueblo cubano desea cambios profundos, y en ese ánimo están también los militantes del partido comunista, muchos integrantes de las Fuerzas Armadas y también muchos funcionarios del Ministerio del Interior", explicó Elizardo Sánchez. "Tenemos con nosotros a militantes del Partido Comunista Cubano y de la Unión de Juventudes Comunistas cuyos nombres no podemos ahora facilitar -algún día los presentaremos públicamente- porque están trabajando en el interior de ambas organizaciones. Pensamos que las personas que están ahora militando en estas organizaciones tienen también derecho a tener la oportunidad de entrar en el juego democrático".

"En Cuba sólo hay dos salidas ante un cambio político", añadió Sánchez. "Violento o pacífico. O tal vez una mezcla de ambos. Existe un consenso generalizado de todas nuestras organizaciones de ir a un cauce no violento, porque lo contrario podría ocasionar un acontecimiento que generara en derramamiento de sangre dada la cantidad de odio acumulado en estos últimos 32 años en la sociedad cubana. Por ello reclamamos a la comunidad iberoamericana y a todas las naciones democráticas que hagan contribuciones en favor de un desenlace pacífico y no violento. Por eso animamos iniciativas como la del Gobierno español, que ha mostrado su solidaridad manifiesta con la disidencia pese a las presiones que el régimen comunista viene ejerciendo insistentemente sobre sus funcionarios en La Habana por mantener un diálogo permanente con nosotros".