"La CE es nuestro modelo económico"
Rusia tendrá que incrementar el precio del petróleo en el mercado interior soviético, pese a la oposición de otras repúblicas, y considerar la congelación de sus programas sociales, si quiere controlar la circulación monetaria y la inflación, según opina Evgueni Saburov, el cerebro en la sombra de la transición a la economía de mercado en Rusia. Desde el 24 de agosto, Saburov es miembro del Comité de Dirección Operativa de la Economía de la URSS, dirigido por Iván Siláiev, el jefe del Gobierno ruso. Saburov responde de la economía en general en este comité y es también vicejefe del Gobierno y ministro de Economía de Rusia.
Evgueni Saburov tiene 45 años, es doctor en Ciencias Económicas y se curtió en diversos institutos que operaban para el Gosplan, el organismo central de planificación.Saburov nos recibe en la dacha número 6 de Arjangelsko (en las afueras de Moscú), donde se han elaborado diversos planes económicos, entre ello; el de los 500 días, a corta distancia del lugar donde Borís Yeltsin redactara el 19 de agosto su Llamamiento al Pueblo Ruso. La dacha tiene ventanales que dan a un bosque y unas salas decoradas con dudoso gusto. Ahí, a toda prisa, se instalaron ordenadores que, de vez en cuando, revientan la instalación eléctrica de un espacie aún no acondicionado para los estrategas del Estado.
El Comité de Dirección Operativa de la Economía de la URSS se formó, según Saburov, para evitar el vacío destructivo producido por la desaparición del aparato central en un sistema basado en la distribución de los recursos.
A él le tocó asumir las funciones de VIadímir Shcherbakov, el primer viceministro soviético, que dirigía el gigantesco Ministerio de Economía (antes Gosplan).
El comité es, según Saburov, "un fenómeno temporal y no un gabinete ministerial". "Está dispuesto a cesar en cualquier momento, sólo tiene el fin de no permitir el vacío y no es apropiado plantearle otra tarea. Hemos preparado algunos documentos para mantener el status quo. Además tomamos medidas para que los campesinos nos dieran su producción de cereales".
Evitar la catástrofe
Saburov reunió también a todos los ministros de Economía de las repúblicas de la URSS. Prepararon un documento que prescindía de las cuestiones políticas y la circunstancia de que muchas repúblicas se habían declarado independientes. El documento exponía principios de acuerdo para evitar la catástrofe y dibujaba el contorno de lo que ha de ser un espacio económico común. "Tratamos de ponernos de acuerdo en un sistema monetario y un sistema de tarifas común".
La esencia de los documentos preparados por el comité es evitar discrepancias que dañen las relaciones con el mundo exterior y establecer las bases para armonizar la transición a la economía de mercado. "Decidimos no permitir barreras al tráfico de mercancías y concertar los ritmos de liberalización de los precios".
¿Van a conservarse los planes centralizados durante la transición? Saburov afirma que la situación es muy difícil, ya que "por una parte si se mantienen las relaciones económicas del pasado, no puede haber reformas estructurales, pero por el otro la confusión y el descontrol crean fenómenos negativos". "Acordarnos mantener las relaciones económicas sólo en el aprovisionamiento de la población", señala.
Saburov está alarmado por el descenso en la extracción de petróleo que, según las cifras estadísticas soviéticas para el primer semestre de 1991 fue de un 9%, con 28 millones de toneladas menos que en el mismo periodo de 1990. Rusia es la principal productora de petróleo de la URSS y "está obligada a subir el precio. Algunas repúblicas se oponen, pero todas entienden que debe hacerse. Los precios deben liberalizarse, pero si lo hacemos de hoy a mañana, las consecuencias serían muy graves". Saburov se refiere a los precios del crudo en el mercado interno soviético, que está ahora en 70 rublos la tonelada, muy por debajo del mercado mundial. El descenso en la extracción de petróleo es, en su opinión, el factor más negativo de la economía soviética. El descenso de la producción industrial no le preocupa tanto.
Algunas repúblicas quieren tener su propia moneda. "La introducción de divisas nacionales no me parece ninguna catástrofe. Es un paso posible, pero hay que observar algunas condiciones. Las repúblicas que lo den deben devolver al Banco Central soviético -para su destrucción- una cantidad de rublos equivalentes a la cantidad de moneda que emiten".
El peligro más grave para crear el espacio económico común soviético, con independencia del espacio político, es "Ia falta de deseo de alguna de las repúblicas de liberalizar los precios y los juegos populistas de algunos dirigentes". Saburov se refiere a Asia central.
Saburov quisiera que el espacio económico común soviético tuviera una estructura semejante a la Comunidad Europea. "Nuestro modelo es la CE. Sería un modelo civilizado", dice. Rusia no cambia sus planes económicos -una transición al mercado en dos años y medio- a causa del golpe. Bien es cierto que el programa del Gobierno ruso, que debía comenzar en julio, se ha retrasado, pero por otro lado, existe un nuevo empuje popular.
¿Cuánto puede durar el crédito de confianza de la población a la directiva rusa? Saburov cree que el invierno permitirá determinarlo. "Será bastante difícil y las medidas extraordinarias para mantener el funcionamiento vital de la economía son muy importantes. Las medidas extraordinarias de mantenimiento de la economía siempre tienen un carácter antimercado y hay, que evitar que frenen la reforma".
Inflación del 50%
En una conversación que mantuvimos en junio, Saburov consideraba tolerable un máxímo de inflación del 50% anual. ¿Se puede controlar hoy la inflación a este nivel? Saburov piensa que mucho depende de lo,, legisladores. "Realizar una reforma económica seria con inflación galopante es extremadamente difícil, y el comportamiento del propietario y el empresario emergente en estos casos no siempre es capaz de cambios estructurales racionales. Para que la reforma pueda realizarse con éxito y deprisa, la circulación monetaria debe controlarse".
En Junio Saburov me dijo que Valentín Pávlov, el jefe del Gabinete soviético, no era un idiota y no se cavaría su propia tumba. ¿Qué piensa hoy? Pávlov, dice, "es una figura trágica y la historia de su participación en el golpe es todavía una incógnita. Es un hombre que fue al Kremlin a hacer una reforma radical con mano dura y le quitaron enseguida el poder. Creo que decidió participar en esto, pensando que si le daban poder para hacer su trabajo, más tarde se lo agradecerían. Cuando comprendió lo que había hecho, se emborrachó durante los días del golpe. Cuando bebe se pone fuera de sí y puede hacer cosas horribles".
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