Puro Mozart
Los cursos de verano organizados en el Palacio de Festivales por la Fundación lsaac Albéniz se desarrollan entre dos campos de interés: el de los alumnos, alguno ya verdadero concertista, y el del público que sigue los ejercicios finales de las distintas especialidades. Han sido éstas las de víolín, viola, chelo y piano y las clases magistrales -nunca mejor empleado el término estuvieron y están a cargo del violinista Zahar Bron, del pianista Dimitri Bafhkirov, el violonchelista Iván Moniguetil y el viola Daniel Benyamini. Verlos trabajar, orientar, corregir, dar razones que justifican cuanto dicen y, si llega el caso, pasar al ejemplo práctico, constituye un verdadero gozo y aumenta las esperanzas puestas en la Escuela Superior de Música que Paloma O'Shea pone en marcha en Madrid este mismo otoño.Paralelamente, la Fundación Albéniz ha organizado la más bella conmemoraci ón del bicentenario de Mozart pues está a cargo del Fine Arts Quartet, una de las mejores formaciones actuales, a los que se unen para determinadas obras el viola Benyamini y la pianista Milka Laks. Seguir la manera de hacer música de cámara de estos maestros constituye también gran enseñanza y acaso, la más alta pues obra a obra, compás a compás, nos dicen nada menos que la verdad de la música en su más hondo y, al tiempo, natural mensaje.
A mitad del ciclo, tuvimos el sábado un magnífico recital a cargo de Benyamini y Milka Laks. El sonido bello, la expresividad insinuante, el frasco magistral de Benyamini a la viola estuvo perfectamente equilibrado por la labor de la extraordinaria pianista Laks y así pudimos disfrutar de hermosísimas, ejemplares versiones de la Sonata número 2 en mi bemol, de Brahms y la Opus 147, última compuesta por Dimitri Shostakóvich.
Como contraste la gracia neoclásica de Elarius Milhaud en su Primera sonata para viola sobre temas dieciochescos o la gracia Poética y españolista de Ravel, Allbéniz y Granados que Benyamini expone sin tópico pintoresquista en sus justos tiempos, ritmos, acentos e intenciones. Este Festival Mozart de Música de Cámara está, resultando una verdadera maravilla por cuanto se toca y por como se interpreta.
Babelia
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