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Reportaje:LA RONDA

La última cena

"La comida reposada y la cena paseada" dice el refrán. Hasta hace poco, quienes viven la noche y trasladan sus pasiones a la oscuridad, entre ellas el apetito, acudían al olor de las tabernas, cuando el estómago reclamaba su ración. Surgieron en cadena los restaurantes estilo americano de comidas rápidas. Hoy, casi una centena de restaurantes madrileños cierran su cocina a medianoche, las tres, cuatro o cinco de la madrugada.A Huevo consume 15 docenas diarias del producto que anuncia con su nombre, en una carta donde el pollo y las croquetas son las estrellas, 365 días al año. Uno se pregunta cómo sobrevivir con ese nombre a un verano dominado por la salmonella. "No hemos tenido un solo caso. Trabajamos con huevos del día, perfectamente conservados. ¿Clientes? Además de los fijos, jóvenes que salen de las discotecas y parejas que vienen del cine". Abierto hasta la una y cuarto, dos horas más de jueves a domingo.

La Farfalla, en plena zona de Huertas, lleva nueve años alimentando a una clientela para quien esas horas no son intempestivas: camareros y músicos de los cafés del barrio y un público mucho más variado los fine! de semana. Especializado en carnes, La Farfalla invierte en el verano su ritmo de trabajo. "Estamos muy acostumbrados a la noche. Este no es un bar de copas y el ambiente es bastante tranquilo. ¿Precio medio? Unas 1.500 pesetas". Cocina abierta hasta altas horas de la madrugada.

Las calurosas cenas madrileñas se caracterizan por ampliar la sobremesa. Lugares tan clásicos como Currito cierran prudentemente su cocina a las 11, pero saben esperar a los clientes rezagados que gozan con el fresco de la Casa de Campo y tienden a hacer sentados la digestión. Carta de pescados y chipirones encebollados como plato especial para el verano. Hace tres años que se abrió al público el Palacio de Anglona y nunca han cocinado con luz natural ni colocado el cartel de vacaciones. Horario: de 20.30 a 3 de la madrugada y carta retocada con frecuencia. Dedicados al turismo extranjero y nacional, Las Cuevas de Luis Candelas recoge sus perolas a la una de la madrugada. Justo cuando otros acaban de abrir, como el café Maravillas. Música experimental, actuaciones y mucho de picar. Cenicienta nunca estuvo allí.

A Huevo. Jacometrezo, 6.

La Farfalla. Santa María, 17.

Currito. Pabellón Vizcaya de la Casa de Campo.

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Las Cuevas de Luis Candelas. Cuchilleros, 1.

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