Cooperar con la policía
Fui educado en el respeto a las instituciones. La policía era para mí. un símbolo de seguridad y justicia, pero el motivo de mi carta no es comentarle mis antiguas ilusiones. Hoy, la policía ha perdido mi respeto.Esta mañana me he acercado, en la calle Goya, a un zeta para manifestarle a los agentes mis sospechas sobre un vehículo que, aparte de llevar varios días aparentemente abandonado y sin matrícula, está abierto. Tras comentárselo, me dispuse a anotar su matrícula, para saber a quién se lo había comunicado. (Realmente, estaba pensando en la desidia humana; llamé hace una semana al 092 y al parecer nadie se había molestado en acercarse).
En cuanto se lo dije al copiloto, se bajó, indignado, del zeta y me solicitó no muy amablemente mi documentación. Me cacheó apoyado en otro coche y sobre él me hizo mostrarle el contenido de mi mochila. Así lo hice, mientras el agente me informaba que es un delito anotar la matrícula de un coche policial. "¡Apología del terrorismo!" (sic); exclamaba enfurecido. Tal era mi miedo ante dicha actitud que perdí mi miniordenador. He de reconocer que su compañero mantuvo una actitud mucho más respetuosa, casi diría que amable. Tras hablar un momento con ellos me fui, no sin oír un "¡lárgate ya!" del copiloto.
¡Y piden más cooperación ciudadana!
Lo siento, pero creo que ahora ya no podré acercarme a un policía sin acordarme de esta desagradable experiencia.
Interitaré no hacerlo más que en caso de necesidad (auténtica necesidiad). Desgraciadamente, después, cuando quise acordarme de su matrícula, no lo conseguí.-
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