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Fracasa la negociación entre Croacia y el Ejercito

Las negociaciones entre el presidente de Croacia, Franjo Tudjman, y el ministro de Defensa federal, Ve1jko Kadijevic, celebradas el martes; por la noche en la isla adriática de Brioni, no dieron resultado alguno sobre el cese de las hostilidades. La Comunidad Europea amenazó ayer a Serbia con "medidas adicionales" si no cesa en lo que califica de 9ntentos de conquista territorial". Por primera vez, la CE denuncia con claridad que "el Ejército federal está prestando apoyo activo a la parte serbia" en el conflicto.

La CE hace suyo el ultimátum presentado por Croacia y fechado en el 1 de septiembre para que cesen las hostilidades, y amenaza incluso con "medidas de acción internacional" si no se cumple por parte de Belgrado. El actual presidente de la CE, el ministro holandés de Asuntos Exteriores, Hans van den Broek, advirtió a Serbia que no admitirá modificaciones de las fronteras internas yugoslavas. Serbia reiteró ayer su postura contraria, y señaló que éstas son sólo administrativas y que no son competencia de la Conferencia sobre la Seguridad y Cooperación en Europa.Aunque el presidente croata aseguró que los generales le habían prometido "no disparar primero", los combates entre el Ejército y la Guardia Nacional croata continuaron ayer con la misma intensidad en la región croata de Eslavonia.

Tudjman se entrevistó ayer en París con el jefe de Estado francés, François Mitterrand. Tras el encuentro, manifestó que "el compromiso de la CE [en la crisis yugoslava] debería ser aún mayor para evitar que una guerra, de momento limitada, ni) se amplíe y pueda convertirse en un peligro para toda Europa.". El ministro de Exteriores francés, Roland Dumas, declaró que la propuesta europea es también "la última oportunidad" para frenar "una expansión de los combates que, inevitablemente, conduciría a la guerra civil".

El ministro croata de Información, Branko Salaj, pronosticó que el Parlamento aceptará la movilización general, aunque ésta no signifique que Ias armas sean distribuidas a toda la población, ya que no hay suficientes para todos".

El diario de Zagreb Vjestíik, de acuerdo con los nuevos criterios impuestos a la prensa en ,,estado de guerra", abría ayer con un titular patriótico: Por la patria, la verdad y la civilización, criticando en varios artículos las vacilaciones de la cúpula de Zagreb en ordenar la respuesta masiva a las agresiones de los guerrilleros serbios y el Ejército federal.

Milan Babic, el hombre fuerte de Krajina, región conflictiva poblada por serbios, explicó que más de 50.000 hombres están bajo las armas. La economía de esta paupérrima región está dirigida hacia las necesidades de guerra.

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Babic, cuyo Gobierno autoproclamado inició los conflictos en Croacia, dirige un Gobierno cuyo control posiblemente escapa ya a las autoridades serbias de Belgrado y que ha sido acusado de haber desviado hacia intereses particulares fondos de ayuda procedentes de Serbia.

Su homólogo serbio, Slobodan Milosevic, cuya llegada a París anunciaron los medios franceses, se opone al envío de observadores internacionales a Croacia, y sostiene, oficialmente, que Serbia no está en guerra, "sino tan sólo una parte del pueblo serbio en Croacia".

Sin embargo, Serbia suministra armas, medicamentos y alimentos a las zonas conflictivas y no esconde su apoyo abierto a la insurrección. Serbia es la única república donde la actuación del Ejército en Croacia no es objeto de críticas.

En Bosnia-Herzegovina crece la propaganda antimilitar, una -vez claramente en evidencia que el Ejército ha tomado parte en el conflicto alineándose con la insurrección serbia. Miles de padres de los reclutas bosnios irrumpieron en el edificio del Parlamento exigiendo el retorno de sus hijos "para no participar en la guerra fratricida". Una mujer se desmayó ante las cámaras de televisión cuando, dentro del Parlamento, conoció la muerte de su hijo en el frente de Eslavonia.

El Ejército rehusó liberar a los reclutas cuyo servicio ha concluido, según los plazos estipulados, y prolongan la estancia de los mismos en los combates. El mando militar es consciente de la dificultad de asegurar la llegada de reclutas, cuando repúblicas como Macedonia y Bosnia-Herzegovina se niegan a proseguir con el reclutamiento. En Macedonia, los archivos de un cuartel fueron saqueados para robar la lista de los reclutas y reservistas.

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