Los espías del Kremlin se enfrentan a un incierto futuro
WP Los espías soviéticos en todo el mundo se enfrentan a un incierto futuro como consecuencia de los cambios radicales que se están produciendo en la URSS. Los expertos norteamericanos están divididos en torno a los efectos que la nueva Constitución soviética pueda tener en la red de espionaje exterior de la URSS.
El subdirector de espionaje del FBI, R. Patrick Watson, que lleva trabajando 24 años para esa organización, dijo que aún no hay señales de que la situación interna de la URSS haya afectado a la red de espías del KGB -los servicios secretos soviéticos- o a su sección militar, el GRU, dentro de EE UU.
Watson afirma que entre el 25% y el 30% de todos los diplomáticos y funcionarios soviéticos de las misiones en Estados Unidos -embajadas, consulados, Naciones Unidas, Aeroflot y oficinas comerciales- son espías.
"El KGB", añadió, "es un servicio muy profesional y eficiente. Sin duda los acontecimientos en la URSS son preocupantes, pero no anticipo ningún cambio fundamental en sus operaciones exteriores hasta que no se resuelvan sus problemas políticos".
Stansfield Turner, ex director de la CIA, opina, sin embargo, que el KGB podría estar claramente devastado por los acontecimientos que han sucedido, suceden y puden suceder dentro y fuera del cuartel generales en Lubianka, cerca de la plaza Roja. Entre estos figuran la detención del propio dirctor de la agencia, Vladímir Kriuchkov, por participar en el golpe de Estado, la vigilancia estrecha y hostil a que está siendo sometida la dirección encargada de la represión interior, la creciente posibilidad de una purga y la sugerencia en algunos sectores importantes del país de que el KGB debe ser desmantelado, lo que ya ha ocurrido a nivel de sus principales mandos. "No cabe descartar -que esto haya producido tremendas ramificaciones en la organización en su conjunto", añade Tumer.
El presidente del Comité Especial de Inteligencia del Senado de EE UU, senador David L. Boren, augura una total reorganización de la en otros tiempos impenetrable organización, que llegó a simbolizar la tiranía y la represión dentro y fuera de la órbita soviética. Boren dijo que el KGB va a ser convertido en una organización de carácter interno, y predijo que volverá a resurgir como "un pequeñísimo servicio de espionaje".
El ex subdirector de la CIA Robert Inman afirma que cualquiera que sea el diseño final que reciba el KGB, la organización de espionaje soviética va a sufrir un periodo desestabilizador "que puede durar unos meses o quizás un año o dos".
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