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LA NUEVA U.R.S.S.

"¡Muera el PCUS!"

Una enardecida columna, a los gritos de "¡Muera el PCUS!" y "¡Que dimita Gorbachov!", avanzó ayer dispuesta a demoler la sede del Comité de Seguridad del Estado (KGB, la temida policía política) y a acabar a sangre y fuego con sus defensores.

Un pope, subido en una escalerilla, exigía serenidad: "¡Hermanos, deteneos! ¡El Señor no desea sangre!". Borís Yeltsin y un cordón de diputados impidieron el asalto a la odiada institución. En la sede del Cornité Central del PCUS, los manifestantes ocupaban el edificio, arriaban la hoz y el martillo e izaban la bandera rusa.

Violentos y, extremistas, con la misma furia que hace tres días salieron al paso de los blindados golpistas, la actitud de los moscovitas contribuyó a que Mijaíl Gorbachov revocara el nombramiento de los titulares de Defensa, Interior y del KGB.

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"Todos los jefes aquí apoyan al actual mandamás, Nikolái Mérikov, y todos ellos fueron favorables al golpe. Son generales venidos del KGB o del aparato del PCUS. Pugo [el suicidado ex ministro del Interior y miembro de la junta golpista] había nombrado a varios de ellos", explicó un oficial de la policía criminal. "Esos tres días la gran mayoría de nosotros estuvo con Yeltsin. Y a pesar de que estábamos en régimen de emergencia, desde aquí nos íbamos a la Casa Blanca. Los policías estamos con el pueblo", agregó.Mientras tanto, había llegado un camión, y su caja sirvió de improvisada tribuna para el mitin que se organizó a la entrada del cuartel general policial. Los diputados que habían ido a impedir un enfrentamiento, se hicieron cargo de la situación y para impedir que los belicosos ánimos de algunos manifestantes se extendieran, informaron de las medidas que la corporación de Moscú había tomado contra el PCUS.

"Hemos prohibido toda actividad del PCUS en Moscú hasta que no termine la investigación sobre su participación en el golpe. No sólo hemos sellado el edificio de la plaza Roja. Les hemos cortado los teléfonos y la electricidad. Por último, les hemos cortado la canalización", anunció, entre gritos de "¡Abajo los fascistas comunistas!" el diputado Víktor Mirónov. Después, desde lo alto del camión, respondió a las preguntas de la gente uno de los vicepresidentes del Ayuntamiento de Moscú.

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