Walesa y Roman descartan la involución en Polonia y Rumania
La noticia sobre el golpe de Estado en la URSS provocó una fuerio conmoción en la vecina Polonia, país en el que se encuentran todavía cerca de 50.000 soldados del Ejército Rojo. El presidente Lech Walesa llamó a los polacos a la unidad. "Los acontecimientos en la URSS pueden influir en nuestras relaciones" bilaterales, que "queremos que sean amistosas", manifestó, según imforma Piotr Adamski.Ante la grave situación creada en la URSS, Walesa pidió a los polacos: "Que venza la unidad y la responsabilidad sobre las luchas políticas y que concluyan las huelgas", que desde hace semanas afectan gravemente a la economía y la vida política en Polonia. Walesa aseguró que Polonia, como país soberano, continuará con la construcción de la democracia y con las reformas económicas. La frontera polaco-soviética permanecía ayer todavía abierta.
Apoyo rumano a Gorbachov
Por su parte, el primer ministro rumano, Petre Roman, expresó ayer en El Escorial (Madrid) su apoyo al depuesto presidente soviético Mijaíl Gorbachov y su convicción de que el aplastamiento violento de las aspiraciones democráticas de los pueblos de la URSS, y en especial de los rumanos de la república soviética de Moldavia, es ya imposible.Roman, que abandonó precipitadarnente España rumbo a Bucarest, manifestó a EL PAÍS: "Las noticias son aún muy confusas y la situación extremadamente delicada, pero está claro que si Gorbachov está en dificultades nosotros le apoyamos". También señaló que, ante la crítica situación creada en la URSS, Rumanía y los otros países ex socialistas de Centroeuropa deberán coordinar su política con Occidente.
El primer ministro rumano descartó asimismo que la Involución en la URSS pueda provocar procesos similares en Rumanía y otras democracias nacientes en el Este. El proceso de integración internacional iniciado en Rumania tras la caída del dictador Nicolae Ceaucescu es "irreversible", aseguró Roman.
El poeta Sergéi Goncharenko, vicerrector de la Universidad Lingüística de Moscú, también presente en El Escorial, manifestó que siempre ha tenido la impresión de que "Occidente no ha prestado la ayuda necesaria a Gorbachov".
Pese a las "consecuencias negativas" que el golpe de Estado tendrá para la Unión Soviética, que pueden concretarse en un frenazo al proceso histórico de refórmas que se estaba desarrollando, Goncharenko se declaró convencido de que el camino hacia "el progreso es irreversible".
"El pueblo quiere cambios y los dirigentes no pueden hacer nada en contra de la voluntad del pueblo. Los tiempos han cambiado y el pueblo que teníamos hace cinco años no es el mismo que tenernos ahora", agregó.
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