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GOLPE DE ESTADO EN LA U.R.S.S.

El Vaticano espera el "pronto restablecimiento de la salud" de y la continuación de la 'perestroika'

Francesc Valls

FRANCESC VALLS ENVIADO ESPECIAL, El portavoz oficial del Papa Juan Pablo II, Joaquín Navarro Valls, expresó ayer cautelosamente la reacción de la Santa Sede al golpe de Estado en la URSS y dijo que el Vaticano confía en el "pronto restablecimiento de la salud" del derrocado Mijaíl Gorbachov. Las declaraciones se produjeron en Szombathely (Hungría), mientras el Pontífice ce lebraba con normalidad la misa prevista en su cuarto día de visita a Hungría.

El Vaticano espera también que el golpe de Estado no suponga el fin del proceso de distensión internacional inaugurado por Mijaíl Gorbachov. "La Santa Sede da gran importancia a las decisiones legislativas que han permitido el ejercicio del derecho elemental de cada ser humano, que es la libertad de conciencia", destacó el portavoz vaticano. Navarro Valls subrayó su deseo de que continúe el proceso de distensión y de diálogo y puso como ejemplo el tratado de reducción de armamento estratégico. El portavoz manifestó que espera "que Gorbachov recupere plenamente su salud; lo digo teniendo en cuenta el comunicado oficial de Moscú".

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A lo largo del día de ayer no se descartó una referencia del Papa al golpe de Estado en la URSS. Sin embargo, el secretario de Estado vaticano, Angelo Sodano -el máximo responsable de los asuntos exteriores de la Iglesia-, concelebraba misa con el Papa en Szombathely, al oeste de Hungría. Las relaciones de la URSS con el Vaticano, que habían mejorado sustancialmente durante el mandato de Gorbachov, son una incógnita para el futuro.

La Iglesia católica ha podido reorganizar la jerarquía eclesiástica en las repúblicas soviéticas de Lituania y Letonia y, ha nombrado incluso administrador apostólico en Bielorrusia y en Moscú. Las entrevistas de Juan Pablo II con Gorbachov se han desarrollado siempre en un clima de gran cordialidad. La primera de ellas tuvo lugar antes de la cumbre de Malta, a finales de 1989, y la segunda, en septiembre del año pasado. Ambas se han desarrollado en Roma. Tanto la Santa Sede como la Unión Soviética no tienen plenamente restablecidas las relaciones diplomáticas, aunque tanto Gorbachov como Wojtyla han designado a sendos representantes personales que, en la práctica, desarrollan el papel de embajadores.

Ayer, sin embargo, se temía que todas las expectativas abiertas bajo la perestroika de Gorbachov se vieran amenazadas. Tanto el Vaticano como el propio Gobierno húngaro reaccionaron con cautela ante el golpe de Estado en la URSS.

En Budapest, los políticos rechazaban hacer declaraciones al respecto. El primer ministro, Jozsef Antall, se reunió con su gabinete de crisis, aunque no se esperaba una reacción pública inmediata. Por otra parte, los aproximadamente 50 kilómetros de frontera de Hungría con la URSS, Ucrania concretamente, permanecían abiertos en la mafiana de ayer y se circulaba con normalidad entre ambos países, según fuentes oficiales de Budapest, que expresaron su tranquilidad por el hecho de no contar con la presencia de tropas soviéticas en su territorio.

El último soldado, de los 80.000 del Ejército soviético sobre suelo húngaro, abandonó el país el 19 de junio pasado. Las mismas fuentes no temían reacciones por parte de la vieja guardia estalinista.

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