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Tobi

Manuel Vicent

Mi perro Tobi es un pincher mal cruzado, una especie de ratón callejero apaleado por la vida que a veces me mira con unos ojos de infinito sufrimiento. Lo atropelló mi mujer en pleno centro de Madrid cuando iba sin collar perdido por el asfalto. El perro diminuto logró zafarse de las ruedas del coche, y no sólo del nuestro. También supo sortear con fintas increíbles a un par de autobuses que venían detrás y aunque fue revolcado y quedó garreando en medio de la calzada, estaba entero cuando lo sacamos por debajo de un Mercedes después de haber provocado un gran atasco. Lo ingresamos en una clínica donde le pusieron el gota a gota en la unidad de cuidados intensivos y luego se hizo cargo de él un psicólogo durante varios días puesto que, según dijo el veterinario, el perro se hallaba muy traumado por la propia existencia. En casa se adaptó pronto a la molicie sin perder nunca la mirada de profundo desvalimiento, que suele alternar con unos resortes de agudeza insospechada. Pienso en su pasado desconocido. Me pregunto qué clase de miserias habrá sobrellevado, cuántos obstáculos ha tenido que vencer para convertirse en un ser tan humilde, tan listo y amoroso. Se salvó del hambre y de la muerte en la ciudad y el otro día superó la última prueba definitiva en el campo. Iba muy alegre por un sendero entre naranjos y de pronto apareció un doberman enloquecido que se precipitó con toda la furia sobre el minúsculo Tobi. Le arreó un primer bocado en la cabeza y con ella dentro de las fauces lo zarandeó con violencia en el aire para desnucarlo; luego lo trincó por los riñones intentando partirle la espina, aunque sólo logró clavarle los colmillos en la tripa, ya que el Tobi se adaptó con extraordinaria flexibilidad y enorme talento al ámbito de la boca del doberman haciendo de esa siniestra cavidad un hábitat natural. El perro ha pasado otra vez por el sanatorio. Ahora está suave, pero me mira con lágrimas sin comprender nada preguntando desde el almohadón por qué con él es tan dura la vida.

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Sobre la firma

Manuel Vicent
Escritor y periodista. Ganador, entre otros, de los premios de novela Alfaguara y Nadal. Como periodista empezó en el diario 'Madrid' y las revistas 'Hermano Lobo' y 'Triunfo'. Se incorporó a EL PAÍS como cronista parlamentario. Desde entonces ha publicado artículos, crónicas de viajes, reportajes y daguerrotipos de diferentes personalidades.

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