El Banco de España confirma la atonía de la economía, que creció sólo un 2,4% hasta junio

La economía española creció un 2,4% en el primer semestre del año, según datos del Banco de España. Este ritmo de crecimiento es claramente inferior al registrado el año pasado y pone muy difícil el objetivo, expresado por el ministro de Economía, de elevar el crecimiento económico hasta el 3% durante el segundo semestre del ejercicio. Con todo, el reducido crecimiento del producto interior bruto en España duplica a la media de la Comunidad en ese periodo.

"Atonía, débil crecimiento, fase baja del ciclo económico"' son algunos de los calificativos que utiliza el Banco de España en su último informe para definir la marcha de la economía española durante el primer semestre de presente año. Esa "fase baja" ha estado acompañada de un "débil crecimiento de la demanda, de la producción y del empleo".La demanda sólo creció en el primer semestre un 2,3 aunque su punto más bajo crecimiento se produjo entre finales de 1990 y principios de este ejercicio. A partir del mes de abril, el final de la crisis del Golfo, la bajada de los tipos de interés y las subidas salariales por la negociación colectiva produjeron, según el mismo informe, cierta recuperación.

Un problema adicional es cómo se está repartiendo la mejora, pues "al mayor dinamismo del consumo" se une el estancamiento de la demanda de inversión en bienes de equipo. Así, añade el banco emisor, "parece aventurado esperar una recuperación significatilia de la inversión en equipo los proximos meses".Los "signos de recuperación" económica se concentran así en "la producción de bienes de consumo, en tanto que la producción de bienes interrnedios permanece estancada y la de bienes de equipo acentúa su recesión".

Al mayor tirón del consumo que de la inversión se une que la aportación del sector público ha sido mayor que la del privado. Esta pujanza del gasto público en la demanda global de la economía se ha visto acompanada de menores ingresos públicos, precisamente por el retroceso que se produce en la recaudación por impuestos en los momentos de bajo crecimiento económico.

Déficit público

El resultado ha sido la ya conocida expansión del déficit público durante el primer semestre, que alcanzó los 874.000 millones de pesetas en el semestre, es decir, "unos 374.000 millones de pesetas más que el [déficit] inicialmente presupuestado para todo el año 1991 ".

Este fuerte aumento del déficit se ha visto acompañado, durante el segundo trimestre, de graves dificultades para la colocación de deuda pública. La fuerte demanda de títulos del Tesoro durante los primeros meses del ejercicio se esfumó en mayo y aún ahora no ha conseguido recuperarse. El tirón inicial obedeció a las ventajas fiscales ofrecidas a los no residentes a la mayor rentabilidad de los títulos españoles y a las expectativas bajistas de los tipos de interés, que animaban a comprar antes de que se produjesen mayores caídas para así conseguir una ganancia de capital.

La tendencia cambió en mayo cuando las expectativas de tipos a la baja se tornaron alcistas. Las dificultades para colocar siquiera los títulos que vencían ha llevado a que el Banco de España tuviera que colaborar activamente en la financiación del Estado. Esta voluntariosa colaboración se reparte entre el abultado recurso al Banco de España y otros 0,6 billones de pesetas de títulos públicos que pasaron a engrosar la cartera del banco emisor en espera de que el mercado permita recolocarlos vía cesiones temporales de deuda.

La mala situación de las cuentas del Estado se unen a cierto parón en la mejora del sector exterior. Así, la "positiva" tendencia del segundo semestre del año pasado y el primer trimestre de éste, con la que las exportaciones crecieron más que las importaciones, se ha quebrado en los últimos tres meses, y entre abril y junio las importaciones han crecido un 6,7% mientras que las importaciones sólo aumentaban a un ritmo del 5,4%. Este repunte de las compras al exterior, además, ha absorbido la mayor parte de la leve recuperación de la demanda del último trimestre, por lo que el crecimiento de la economía ha permanecido estabilizado en el 2,4%.