Irak admite que investigó armas bacteriológicas hasta el año pasado

Irak reconoció ayer por primera vez haber realizado investigaciones en el terreno de las armas bacteriológicas, pero que les puso fin en otoño de 1990, ante la amenaza de un ataque de la coalición multinacional. Esta revelación subraya la actitud de cooperación de la que Bagdad viene haciendo gala desde que concluyera el plazo de la ONU y Estados Unidos amenazara con un nuevo bombardeo en represalia por la ocultación de datos por parte de Irak.Esta inusitada apertura tiene también su parangón en la prensa local, que de repente ha empezado a informar con pelos y señales de las visitas de los diferentes equipos de control de Naciones Unidas, así como de las destrucciones de armas químicas y el cumplimiento de otros requisitos de] alto el fuego. La noticia de sus experimentos para la guerra bacteriológica se conoció precisamente a través de los periódicos iraquíes, a los que una fuente oficial informó de sus revelaciones a la ONU.

"El lado iraquí ha informado al equipo de inspección de la existencia de un laboratorio para la investigación bacteriológica con fines militares, dentro de un establecimiento de investigación general", aseguraba un portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores citado por todos los diarios estatales. Según esta fuente, no hay en Irak un centro específico para esos cometidos, sino que se han realizado en un marco más amplio, junto a otras investigaciones.

Posibilidad de ataque

"Irak cesó completamente esta investigación biológica en otoño de 1990 debido a la posibilidad de un ataque", continuaba el responsable. De acuerdo con la versión oficial, la misión de la ONU ha tenido acceso al lugar en cuestión y ha podido comprobar que "ya no quedan ni material ni armas bacteriológicas en el país".Según el portavoz, se confirma así la información que Irak facilitó el pasado 14 de mayo. En esa fecha, las autoridades iraquíes negaron disponer de armas biológicas en una declaración a la comisión especial de la ONU para la observancia de los términos del alto el fuego. De acuerdo con las condiciones impuestas por la coalición multinacional, Irak debe declarar y desmantelar sus armas de destrucción masiva.

El actual equipo internacional, al que Bagdad asegura "dar todo el apoyo necesario", llegó a esa capital el pasado 2 de agosto,

justo al cumplirse el año de la crisis que provocó la invasión iraquí de Kuwait. El grupo está compuesto por 28 expertos de nueve nacionalidades diferentes, bajo la dirección de David Kelly. El responsable informó ayer de que planean una inspección completa de todos los lugares susceptibles de tener relación con un arsenal bacteriológico.

Kelly ha calificado de "excelente" la cooperación recibida del lado iraquí. "Hemos obtenido una acogida calurosa. Todas nuestras peticiones hán sido atendidas o nos han dicho que lo serán en los próximos días".