"No es prioritario cerrar la M-40"

Julián Revenga pudo haber estado a la vera del ministro de Obras Públicas y Transportes, José Borrell, pero rechazó su oferta en mayo. Dos meses después, el presidente Leguina no le dio opción a negarse. Le llamó por teléfono, le nombró y colgó. Diez segundos que abren cuatro años de gestión.

"Llego a la consejería con muchas ganas. El transporte me gusta, y ahora voy a poder llevar adelante planes, como el plan Felipe, en los que he creído desde el principio".

¿Y el ministerio?

"La Dirección General de Transportes, que me ofreció Borrell, suponía armonizar el transporte del conjunto de las comunidades. Pero yo creo en esta región, que conozco y me chifla, y en los retos que plantea. En un puesto estatal la gestión pasa más inadvertida".

Durante su mandato deberá culminar el plan Felipe, que, recortes aparte, ha marcado las pautas para la financiación del transporte colectivo entre 1989 y 1993, y empezar a diseñar el Madrid del año 2000. Una actuación, en la que Revenga quiere implicar a dos nuevos actores: iniciativa privada y Ayuntamiento de Madrid.

"Estamos en una era donde es importante que participe la iniciativa privada, que invierta en infraestructuras y no sólo en intermediación. Hay que insistir en experiencias como Parquesur (en Leganés), que ha hecho sus propios accesos. En cuanto al Ayuntamiento, que ahora se limita a hacer planes y no pone un duro, deberá replantearse su participación en los grandes proyectos".Y ahora, que Revenga deberá decidir también sobre carreteras, aprovechará para pintar carriles-bus en las vías de acceso, algo que ha intentado repetidas veces desde el Consorcio, pero con la oposición de la Dirección General de Tráfico.

"Tráfico tiene encomendada la función de mover los coches en las mejores condiciones posible. Pero también sabe que las administraciones tenemos el interés de mover ciudadanos, y no coches, y que ésa es nuestra función más importante", advierte.

Tráfico y población

Tampoco le preocupa que la M-40 quede sin cerrar por el norte a causa de los recortes presupuestarlos. "Debemos distinguir dos zonas en la M-40. Una tiene importancia desde el punto de vista de la población, la parte que une la N-V y la N-VI. Pero en el cierre norte, en la zona del monte de El Pardo, no existe población. Este cierre no va a contribuir a solucionar los problemas de Madrid. Y además está el presupuesto. El cierre oeste cuesta 11.000 millones, y el norte, 36.000. Si tuviera que priorizar inversiones, lo cambiaría por otra obra".

¿Por una variante para la carretera de Extremadura?

"La N-V no tiene más solución que la variante, y probablemente sea más importante que el cierre norte de la M-40. Es un ejemplo de lo que puede ejecutar la iniciativa privada. Podría hacerse con la operación de Campamento".

¿A cambio, entonces, de la ampliación del metro?

"Con 36.000 millones se podrían ampliar cuatro líneas. Ya están diseñadas las necesidades para el nuevo plan Felipe: hay que llevar el metro hasta Hortaleza o Vicálvaro".

Mientras, el nuevo equipo municipal se prepara para eliminar los bordillos-bus. "Bordillos hay miles en Madrid -aceras, señales, vallas- que no son peligrosos. Que no se utilice este argumento. Es un problema de no querer promover el transporte colectivo. Permítaseme una premonición: en otoño, el carril-bus será utilizado para aparcar. Ése sí que es un bordillo duro".