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Una carabela pintada con Titanlux

El PP de Salamanca, afectado por el fraude del voto por correo y el transfuguismo

Ana Alfageme

"El PP en Salamanca es una carabela de Colón con madera del 18 de julio y recubierta con Titanlux. Cuando se le rasca la pintura sale la carcoma y la carquez", asegura el senador socialista de la provincia José Castro. Es el "barco" más votado en los últimos comicios, zarandeado por el presunto fraude en el voto por correo por él gestionado, escorado por las súbitas pérdidas del Ayuntamiento y la Diputación y atravesado por el oleaje del debate interno, el transfuguismo y las iras de algunos tripulantes, que en pleno 18 de julio intentaron linchar a un oponente político "traidor". Y ahora quieren olvidar que a algunos se les escaparon, ese día, unos vivas a Franco.

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La plaza Mayor de Salamanca guarda aún los ecos de las tracas que varios centenares de iracundos manifestantes -cargos y simpatizantes del PP- tiraron, entre insultos y quemas de periódicos, el día 18, enfurecidos por una súbita y secreta alianza del PSOE, el CDS y un tránsfuga de su propio partido, José Dávila, que arrebató a la formación -que tenía mayoría absoluta- la presidencia de la Diputación, en la persona de Dávila, el día anterior. Era ya demasiado. Unos días antes, un acuerdo de última hora de IU, PSOE y CDS en el Ayuntamiento de la capital les había dejado sin alcalde. El gentío intentó agredir a uno de los traidores: José Luis Sagredo, presidente del CDS.Los rivales políticos pusieron el grito en el cielo -"sentí lo mismo que cuando el Tejerazo", dice la centrista Charo Diego- y esferas más altas del PP han iniciado una investigación; así, días después, los líderes locales del partido repiten febrilmente la palabra democracia, no han oído los vivas a Franco -proferidos por una veintena de personas en la plaza, según varios testigos- y los gritos de "vamos a por las pistolas", ni saben el origen de unos pasquines anónimos con un se busca, sujetos peligrosos para la democracia con los nombres de los "traidores" ni del aviso de bomba que recibió el senador Castro en el hotel que regenta.

Esta "carabela repintada" está aún sacudida por la presunción de fraude en el voto por correo, una causa invocada por el CDS y el PSOE para justificar tan singulares pactos. Los socialistas llegaron a hablar de "restitución". La mayoría absoluta del PP en la Diputación se dirimió por unos centenares de votos, por ejemplo. El principal implicado es un tránsfuga del CDS y diputado por el PP, José María Moreno Balmisa, según la investigación, archivada por un juzgado de Salamanca (decisión que ha sido recurrida por el PSOE, CDS e IU). 13.000 votos están bajo sospecha. Luego navegan también, en el ojo del huracán de los pactos, el presidente frustrado, Casimiro Hernández, vicepresidente del partido, tildado de, "dictador" y "cacique" por sus oponentes -"el PP en Salamanca es él", asegura Dávila- y su colaborador Francisco García, secretario del PP. Alguien que con un "yo a ningún rojo le doy la mano", despachó a Castro cuando, siendo concejal del PCE, fue a despedírse de él en el Ayuntamiento salmantino. García recibió en su casa al menos 92 impresos de voto por correo sospechosos.

"Cristo y los ladrones"

Y pululan marineros como los senadores Alejandro Meana y Joaquín Martín, apodados "los ladrones", una contraseña que, según Dávila, utilizó el también senador Casimiro Hernández para indicar a los alcaldes si debían votarles -"votad a Jesucristo (él mismo) y los dos ladrones"- o no -"sólo Jesucristo"- en las últimas elecciones generales. Hernández pretendía asegurarse así el cargo de senador en caso de qué ganase el PSOE, que tendría tres parlamentarios frente a uno popular. Hernández consiguió 8.028 más que el siguiente más votado de su partido.Lo de los "ladrones" acaso les dio mala suerte: Meana fue sorprendido por los fotógrafos votando dos veces en mayo, en un pleno del Senado; y Martín fue denunciado por "descarado plagio" por el periódico donde colaboraba, La Gaceta Regional por firmar un artículo, el 4 de abril de 1990, igual a uno publicado poco antes por el periodista Miguel Ángel Gozalo en Nueva Revista. Martín alegó que había escrito un texto inspirado en el d e Gozalo, y que la persona a quien encargó transcribirlo copió literalmente al periodista.

Y unos entran -como Moreno Balmisa o el procurador regional Juan Castaño, también tránsfuga del CDS- y otros se tiran súbitamente por la borda, como Dávila, también ex alcalde franquista, para escapar" a los "escasos usos democráticos del PP", negados por su presidente, Manuel Esella. Dávila niega un ajuste de cuentas pero sí reconoce que le pidió al candidato una vicepresidencia, que le fue negada en favor de Moreno Balmisa.

"Esto debe servir para que hagan una purga. Madrid tiene que tomar cartas en el asunto", dice Dávila, "porque en ese partido también hay gente muy demócrata". Charo Diego, del CDS, le respalda. Los dos partidos traidores aseguran haber recibido adhesiones de rniembros del PP por desbancar a Casimiro. Paradigmáticamente, una militante, M. E. H., pedía en la prensa local una "mayor participación" de los afiliados en las decisiones.

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Sobre la firma

Ana Alfageme
Es reportera de El País Semanal. Sus intereses profesionales giran en torno a los derechos sociales, la salud, el feminismo y la cultura. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS, donde ha sido redactora jefa de Madrid, Proyectos Especiales y Redes Sociales. Ejerció como médica antes de ingresar en el Máster de Periodismo de la UAM y EL PAÍS.

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