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El 'sprint' final

Con la firma del tratado START terminan 10 años de reuniones, estudios, discusiones y,... centenares de horas extras de un puñado de hombres v mujeres cuyos nombres no pásarán a la historia y para los que la palabra descanso no ha tenido significado desde hace ya mucho tiempo.EI sprint de las maratonianas negociaciones del START se inició el pasado 6 de julio, fecha en la que Bush anunció telefón Icamente a Gorbachov su intención de terminar de un plumazo las diferencias soviético-norteamericanas en el terreno de las armas estratégicas, cuyas discusiones se habían iniciado 10 años atrás.

Durante cuatro días, y encerrados a cal y canto en el séptirno piso del Departamento de Estado, dos delegaciones, encabezadas por el secretario de Estado norteamericano, James Baker, y el ministro de Exteriores soviético, Alexandr Besmértnij, fueron incapaces de resolver sus diferencias, a pesar de que las discusiones, según Baker, estuvieron siempre presididas "por el diálogo y la buena fe".

Los tres puntos más polémicos del START hacían referencia al intercambio de información telemétrica en el vuelo de misiles en prueba, la definición de los nuevos mis]les y el número de cabezas nucleares de algunos proyectiles. Las conversaciones se alargaron porque, según sus protagonistas, los "tecnicismos nos bloquean".

El domingo día 14, Baker anunció al mundo que las dos delegaciones habían alcanzado compromisos en todos los puntos en discusión, excepto en uno, el que hacía referencia a la definición de los nuevos misiles, y cuya solución estaba en manos de Bush y Gorbachov.

El acuerdo

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El acuerdo definitivo en el START se produjo el día 16 y a partir de ese momento la vida de los negociadores del tratado se complicó mucho más aún. Durante los últimos 15 días la redacción final del tratado ha ocupado y obsesionado a Robert Heath, el portavoz de la delegación negociadora norteamericana, que se ha desplazado a Ginebra, donde se ha redactado el docuniento definitivo. "El anuncio de Londres nos ha hecho trabajar segundo a segundo", declaró Heath.

Washington y Moscú han estado ansiosos por firmar el START, pero los intentos de Ronald Reagan, Bush y Gorbachov de alcanzar un acuerdo fracasó primero en Reikiavik, en 1988; en la visita del presidente soviético a Washington en 1990, y en el mes de frebrero de este año. La falta de un acuerdo definitivo en el START se convirtió en la barrera que impedía la celebración de la cumbre que Gorbachov y Bush protagonizarán esta serriana en la capital soviética, y de ahí que Bush decidiera desbloquear los problemas con un sprint final.

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