_
_
_
_
Crítica:XV FESTIVAL DE JAZZ DE VITORIA
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Espectáculo necesario

En el llamativo doble concierto de clausura todo se desarrolló a lo grande: el calor fue de lujo, el público acudió en masa y los dos grupos convocados echa ron mano de todos los recursos escénicos para adornar una música ya de por sí brillante.Jon Hendricks abrió su show con la energía de un adolescente. A sus 70 años ha dado con la fórmula ideal para mantenerse en activo y envejecer en gira junto a su esposa, hija y yerno. Tan familiares como éstos, le resultan las canciones que conforman su repertorio, basado en un invento de incierta paternidad que él acapara ahora con más derecho que nadie. El vocalese consiste en poner letras a grandes solos instrumentales de la historia del jazz, una idea afortunada de la que son rendidos admiradores cantantes de moda, como Al Jarreau o Bobby McFerrin. El éxito de Hendricks no se debe a su voz, tirando a mate, ni a los demás valores tradicionales que se le suponen a un vocalista, sino a un estilo sumamente personal forjado en el entendimiento de las claves fundamentales de la construcción orquestal y en un certero instinto para adaptarlas a un grupo vocal.

The Dirty Dozen Brass Band

Palacio de Congresos Europa. Precio: 500 pesetas. Aforo: 350 personas.Jon Hendricks & Co. / The Manhattan Transfer Polideportivo Mendizorrotza. Precio: 1.700 pesetas. Aforo: lleno. Vitoria, 19 de julio.

Los miembros de The Manhattan Transfer sí tienen todos los atributos del buen cantante; voces quizás no tan singulares como la de Hendricks, pero inás versátiles y capaces de adentrarse en cualquier temario con absoluto aplomo. Su concierto fue todo un prodigio de equilibrio. Su grupo acompañante incluía desde el ortodoxo guitarrista rockero al circunspecto di rector musical que maneja todos los teclados con soltura encomiable. El repertorio que interpretaron se dividió en tres bloques bien diferenciados: un primero dedicado al repaso de su mejor disco hasta la fecha, llamado Vocalese; un segundo de presentación de algunos de los temas que compondrán su próxima grabación y un tercero recordatorio de sus grandes éxitos. Entre medias quedó una reunión con Hendricks en el clásico de Sonny Rollins, Airegin. Los arreglos eran calcos de los de la versión discográfica, pero sonaron tan frescos como el primer día.

La sesión vespertina también resultó divertida con la banda de Dirty Dozen Brass Band, auténticos especialistas en comunicar con la audiencia gracias a su entusiasta versión de la música de Nueva Orleans.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_