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La represión sobre Iparretarrak paraliza operaciones anti-ETA en Francia

Aurora Intxausti

La ayuda que la organización terrorista vascofrancesa Iparretarrak (los del Norte) recibe de ETA les permite a sus escasos militantes seguir subsistiendo. Los atentados que realizan en el suroeste francés contra intereses inmobiliarios es la forma que IK, siglas empleadas por el propio grupo terrorista, utiliza para decir al Gobierno francés que sigue existiendo, a pesar de que en el año 1988 el Ministerio de Interior de ese país declarase oficialmente que la organización había sido desarticulada. España es conciente de que la represión contra Iparretarrak dificulta las acciones contra la organización terrorista ETA.

En los dos últimos años, ETA se ha ido convirtiendo, según la policía francesa, en el padrino del reducido grupo de miembros de Iparretarrak. La organización terrorista del País Vasco es la que les facilita parte de la infraestructura que posee, enlaces, y ayuda técnica para la comisión de atentados.Las fuerzas antiterroristas de un lado y otro de la frontera no han podido comprobar que ETA facilite armas o material explosivo a IK, lo que dificulta, indican, demostrar la colaboración directa entre ambas organizaciones en los atentados. A pesar de lo cual, la interrelación entre los dos grupos terroristas se ha demostrado, según las fuentes policiales.

Aunque la relación con ETA es el cordón umbilical que permite, desde la detención del jefe de esa banda, Philippe Bidart, en 1988, la supervivencia de Iparretarrak, para la policía francesa es prioritario la detención de los militantes de la organización vascofrancesa.

Incluso un responsable de la lucha antiterrorista en España manifestó, en relación a este punto, su malestar porque algunas de las importantes operaciones que se podrían realizar contra miembros de ETA en Francia se encuentran paralizadas por la dedicación casi exclusiva de los agentes franceses, especialistas en temas de terrorismo, a la detención de miembros de Iparretarrak. Los atentados de Iparretarrak, una veintena en lo que va de año, han ido dirigidos especialmente contra intereses inmobiliarios del País Vasco francés, una zona en la que el turismo se ha Ido convirtiendo con el paso del tiempo en una de las principales fuentes de ingreso de sus habitantes.

Tranquilidad quebrada

Esto ha generado cierto malestar entre los vecinos, constructores y agentes inmobiliarios, que ven cómo periódicamente la tranquilidad de la que disfrutan se ve quebrada por la campaña de bombas del grupo terrorista.

Los habitantes del suroeste francés viven de la agricultura y de la llegada del floreciente turismo procedente de España, principalmente, y que decide adquirir una segunda residencia en la franja costera que va desde Hendaya hasta Las Landas.

Estos turistas provienen principalmente de la comunidad autónoma vasca y de Navarra, e incluso son cada vez más los guipuzcoanos que se trasladan a residir a esa zona, aunque continúen trabajando en España, ya que las ofertas inmobiliarias son mejores que a este lado de la frontera.

Un constructor, cuyas obras han sido objeto de varios atentados de Iparretarrak, manifestó a este periódico su malestar por las acciones del grupo francés, pero afirmó que "es algo a lo que te vas acostumbrando, incluso hace un año los atentados eran más fuertes. Ahora no es algo que me quite el sueño. Esto no va a deteriorar el turismo porque la gente ve que el tema no es muy grave", agrega.

Fondo y forma

El aumento en las construcciones en esta zona ha sido adoptado por Iparretarrak como el frente preferente de sus atentados. En su último comunicado, entre las peticiones al Gobierno francés para abandonar su actividad terrorista se encontraba "el cambio de la política económica y ruptura con la política de turistificación" en el suroeste francés.

El apoyo que tiene Iparretarrak entre los habitantes del País Vasco francés es escaso, y principalmente proviene de un sector de gente joven, muy similar al que cuenta Herri Batasuna. Pero en el caso francés son sectores que se identifican más con el fondo que con la forma.

"No estoy de acuerdo con la actividad armada, pero la especulación a la que nos vemos sometidos casi te obliga a estar a su lado", señala una vecina de la localidad de Hendaya, quien afirma que "no tienen nuestro apoyo, pero sí nuestra comprensión".

Un objetivo común para dos grupos terroristas

A. I., Los dos grupos terroristas, Iparretarrak y ETA, defienden un mismo objetivo: la independencia de un País Vasco, unificando los territorios de Francia y España. Sin embargo, sus relaciones nunca hasta ahora habían sido tan fluidas.

Las acciones que Iparretarrak llevaba a cabo en el suroeste francés fueron en algún tiempo criticadas por la dirección de ETA, ya que quebraba la tranquilidad que los militantes etarras disfrutaban, en épocas pasadas, en su santuario francés y obligaba a la policía del país vecino a montar dispositivos de control que podían llegar hasta ellos.

Ahora que la movilidad de los militantes de ETA no es tan fácil debido a los golpes asestados a la organización terrorista con la colaboración de la policía francesa con la española, las relaciones con IK se han estrechado.

A pesar del apoyo de ETA, un responsable antiterrorista francés señala que los días de libertad de los miembros de Iparretarrak están contados: "Su armamento no supera la decena de pistolas, sus dirigentes están en la cárcel y el explosivo que consiguen lo tienen que mendigar", señala. Las bombas que emplea IK son artefactos caseros, compuestos principalmente por bombonas de butano, sin utilizar materiales plásticos de mayor potencia, como el amonal o la Goma 2, profusamente utilizados por ETA.

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Sobre la firma

Aurora Intxausti
Periodista. Trabajó en EL PAÍS entre 1985 y 2021, tanto en la redacción de el País Vasco como en Madrid. Cree que es difícil encontrar una ciudad más bonita que San Sebastián.

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