"No excluyo la posibilidad de ministros del PNV en Madrid"
Pregunta. El PNV hizo recientemente un llamamiento de apoyo a la independencia de Eslovenia y de Croacia. ¿Cómo lo argumenta?Respuesta. Nuestro apoyo a la independencia de Eslovenia y de Croacia no se produce sólo porque seamos nacionalistas, sino por nuestra pertenencia al Grupo Parlamentario Popular Europeo, que formuló previa mente ese apoyo en respuesta a la petición del Partido Demócrata Cristiano esloveno. En el ámbito político español, ante hechos como éste, se reacciona en seguida con lo de "cuando las barbas del vecino veas pelar". Pero no se puede ignorar los nuevos aires que soplan en muchos sitios, concretamente en la Inter nacional Democristiana. Alemanes, belgas y holandeses apoyaron la independencia de Eslovenia. En nuestro comunicado de apoyo hemos copiado párrafos enteros del comunicado de la Internacional.
P. La actitud alemana es favorable a la independencia de Eslovenia. Pero, ¿si Yugoslavia estuviera en la CEE, no cree que la posición alemana sería otra?
R. Es una especulación. Yo lo que veo es que Alemania está en la CE y exigió que la reunificación de su país se verificara en virtud del derecho a la autodeterminación, y los demás Gobiernos de la Comunidad lo reconocieron. Ahí empezó la quiebra de la tesis oficial española forjada en el periodo constituyente, en la que algunos partidos que plantearon la Inclusión del derecho a la autodeterminación se encontraron con la negativa oficial española, que argumentaba que sólo era aplicable a países colonizados. Los alemanes, al exigir para sí mismos el derecho a la autodeterminación con motivo de su reunificación, perderían toda credibilidad si no propugnaran para otros países lo que pidieron para sí mismos.
P. A su juicio, estamos entonces ante un nuevo escenario. ¿Cuál es ese escenario?
R. El nuevo escenario europeo, que efectivamente existe, surge no tanto de este hecho, que no es el primero -ahí tenemos los casos bálticos, por ejemplo-, sino de la caída del muro.Del fracaso del sistema marxista-leninista y de la entrada del concepto de libertad. Lo que estamos viendo en Eslovania y en Croacia no es, por tanto, nuevo. Es difícil predecir nada. Detrás está el caso soviético, y veremos en qué termina toda la problemática de los países del Este. Lo que me parece una solemne tontería es vender la transición política española como si fuera un modelo exportable a situaciones diferentes.
P. La organización terrorista catalana Terra Lliure ha anunciado su disolución, con el argumento de que existe en Europa un nuevo escenario que permite encauzar los problemas de las nacionalidades. ¿No podría sucederle lo mismo a ETA en el País Vasco?
R. Si tuviera inteligencia y valor para tomar decisiones, ETA debía hacer lo mismo que Terra Lliure. Si ETA no cae en la cuenta de que hoy en Europa no se reconoce siquiera la resistencia de una unidad de un ejército regular, menos se va a reconocer un proceso de secesión por la fuerza. ETA está fuera del tiempo, y es la fuerza más inmovilista que queda entre nosotros.
ETA, fenómeno difuso
P. Pero ¿no hay un sector de ETA o de su ámbito político que sea permeable a estas nuevas corrientes?
R. No me cabe duda de que existen en el ámbito de Herri Batasuna. Yo no sé hasta dónde llega el fenómeno ETA, porque es un fenómeno muy difuso. No son sólo los cinco comandos que funcionan. Entre la gente de la cárcel y el entorno de ETA no me cabe la menor duda de que se están planteando estas cosas. Pero ETA es una organización muy centralizada, y, mientras el núcleo de la dirección no acepte estos planteamientos, no hay nada que hacer.
P. Entonces, no hay ninguna esperanza de que desde HB se pueda convencer a ETA. ¿La única posibilidad es que ETA se convenza por sí misma o que la aniquilen?
R. Hoy por hoy, si hay una orden de los de la "herramienta" -como se denomina a ETA desde HB-, es la que prevalece. Pero en HB hay unos flecos que tienen sus propias ideas, y, si esas ideas cundieran ampliamente, ETA no podría reprimir ese movimiento así como así. Pero todavía en HB hay muchos que participan de la idea de ETA, entre otras cosas porque, si ETA no existiera, muchos de HB se sentirían como desnudos. Cuando la negociación de Argel, hubo gente en HB que empezó a ponerse nerviosa porque no se podía hacer a la idea de que les faltara su soporte. ¿Qué sería de la Coordinadora Antiautovía si no hubiera la sensación de que tiene detrás la fuerza de ETA?
P. La política de pactos del PNV va de sorpresa en sorpresa. Tras las elecciones autonómicas de octubre, el PNV pacta con Eusko Alkartasuna y con Euskadiko Ezkerra el Gobierno vasco, contra todo pronóstico. Ahora, tras las municipales, lo hacen con el PSOE, cuando las previsiones apuntaban que iban a extender a los municipios los pactos con EA y EE. ¿Esta última cabriola no es una jugada maquiavélica, como la definió el' presidente de EE, Juan María Bandrés, porque de ese modo el PNV conseguía las ties diputaciones y debilitaba a sus rivales nacionalistas de EA y de EE?
R. No es cuestión de rnaquiavelismos, sino de matemáticas. Éramos los primeros en Álava y en Vizcaya, y en Guipúzcoa estábamos igualados con EA y HB. Nuestra pretensión no era desplazar a EA en Guipúzcoa. Nuestra preocupación era Álava, donde podía salir una coalición PSOE-Unidad Alavesa si nosotros no reaccionábamos. Si salía esa coalición, podíamos destrozar nuestro trabajo como nacionalistas, siendo como éramos, además, los rimeros en la Diputación de Álava y en el Ayuntamiento de Vitoria. El arreglo básico entre PNV y PSOE fue Vizcaya y Álava. Guipúzcoa nunca fue una prioridad, aunque el escándalo se montó en el Ayuntamiento de San Sebastián, donde votamos a un alcalde socialista.
P. En este momento se presenta una nueva situación. Ustedes acaban de pactar con el PSOE y, por otra lado, se rompe EE. ¿No hay cambio de Gobierno vasco a la vista?
R. El pacto del Gobierno vasco es un pacto cerrado y escrito, y cuando nos aliamos con los socialistas, tras las elecciones municipales, les dejamos claro que el acuerdo no cuestionaba el Gobierno tripartito nacionalista. Si alguno quiere . romperlo por su situación interna de inestabilidad, eso será otra cuestión.
P. ¿No cree que en el País Vasco se va a crear un nuevo escenario si cuaja una alianza entre el sector crítico de EE y el partido de Garaikoetxea, EA?
R. No me creo esas cosas. Además debo ser respetuoso con el conflicto interno de EE.
Incomunicación histórica
P. El PNV tiene un pacto municipal con el PSOE, un pacto de Gobierno con los demás partidos nacionalistas vascos, excepto HB, y la pasada semana completa el abanico con una entrevista de Arzalluz y Aznar a bombo y platillo. ¿Cuál es el sentido de esta entrevista?
R. La entrevista la pidieron ellos. Yo pienso que no podemos estar aislados, y hay que admitir que el PP ha modificado sus postulados autonómicos. Fraga, por ejemplo, vive la realidad autonómica de modo diferente. A Aznar yo no le conocía, y es el presidente del primer partido de la oposición.
P. ¿Estamos ante un futuro pacto del PNV con el PP?
R. Se sacan conclusiones que no son ciertas. Yo no me planteo ahora un pacto de gobierno con ellos. No vamos a decir que sería imposible en el futuro, pues puede haber circunstancias históricas que lo favorezcan. En la reunión entre Aznar y yo, no hablamos para nada de eso. Se trataba de levantar una incomunicación histórica. Nada más.
P. ¿Hay perspectiva de un pacto entre el PSOE y los nacionalistas vascos y catalanes para las próximas elecciones?
R. Miramos con cierto interés la capacidad de negociación que podamos tener en una nueva situación en la que los socialistas no estén tan boyantes y necesiten apoyos parlamentarios. Estos acuerdos tienen su precio en infraestructuras y profundización autonómica. Ese será siempre el precio, y eso no es un mercadeo, sino una obligación.
P. ¿Es posible ver ministros del PNV en el Gobierno central?
R. No será fácil, pero no lo voy a excluir. Al fin y al cabo, también Madrid gobierna aquí.
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